Las agencias de rating valoran la capacidad de Repsol para obtener liquidez con Gas Natural

27/03/2016

Tania Juanes. La petrolera ha logrado no reducir la calificación de su deuda a niveles problemáticos para una compañía con una presencia tan activa en el mercado de capitales.

Repsol ha superado la prueba que ha centrado la estrategia de la dirección de la compañía en los últimos meses, periodo que ha estado marcado por la inestabilidad de los precios del crudo iniciada en junio de 2014, cuando el Brent (crudo de referencia en Europa) se negociaba a 113 dólares el barril, frente a menos de los 30 dólares que ha llegado a cotizar este año. Los resultados de los exámenes, que estaban en manos de las agencias de rating, permite a la petrolera conservar -aunque sea por la mínima- el ‘grado de inversión’ para su deuda. Un aspecto básico para una compañía del sector petrolero con fuertes necesidades de financiación.

En pocos días se han conocidos los dictámenes de Standard & Poor’s,  que ha confirmado el rating a largo plazo de Repsol en ‘BBB-‘, y de Moody`s. S&P añade en su informe que ha quitado al grupo que preside Antonio Brufau de ‘vigilancia negativa’ (creditwatch negative), en que situó a Repsol en febrero, para colocarlo en perspectiva negativa. La anterior ‘ubicación’ hacia temer una eventual rebaja en las calificaciones.

También Moody’s ha confirmado la calificación crediticia de Repsol en «Baa2», pero con perspectiva negativa, debido al escenario de bajos precios del petróleo que se traduce en una debilidad en la generación de fondos. El aprobado de esta agencia se debe a la positiva valoración de las medidas tomadas para adaptarse al escenario de debilidad de los precios del crudo.

La compañía, que presentó su plan estratégico hasta 2020 el pasado octubre, ha desarrollado medidas desde entonces con ese marco de referencia y también con el objetivo de aumentar las sinergias por la compra de la canadiense Talisman. En el plan se contempla un escenario débil para los precios del petróleo (50 dólares) – que de momento no se han alcanzado- y otro «más positivo» de 65 dólares en 2016, para ir subiendo en los años siguientes.

Si bien estas cotizaciones sólo se alcanzarán previsiblemente cuando comiencen a impactar los efectos de la congelación de las inversiones en diversos proyectos de exploración y producción de hidrocarburos, S&P subraya que la empresa española cuenta con una capacidad de recuperación de los beneficios más elevada que sus competidores. Y esto se debe en parte a sus actividades de downstream (refino y comercialización) que aportan diversificación, así como a las sinergias con Talisman

La última agencia en pronunciarse ha sido Fitch -este miércoles 23 de marzo- y ha confirmado el rating a largo plazo de Repsol en ‘BBB’, aunque ha revisado su perspectiva a ‘negativa’, desde ‘estable’, a causa del entorno de precios bajistas del crudo que podría traducirse en un mayor apalancamiento financiero respecto al previsto. Con esta calificación añadida, Repsol logra la aprobación de las tres grandes sociedades de rating a las medidas adoptadas para hacer frente al escenario bajista de los precios del petróleo.

Fitch valora positivamente la diversificación de su negocio, con la solidez del área de refino y marketing, así como un aspecto que las circunstancias del mercado impiden que se refleje en la cotización: la diversificación de la actividad de upstream (exploración y producción) lograda con la adquisición de Talisman.

Y como otras agencias destaca la flexibilidad que se percibe en la petrolera para adaptar su política financiera, a través de nuevas ventas de activos, con gran líquidez y que no están deprimidos por la cotización del crudo, como es su participación en Gas Natural, y que además no forman parte del negocio central del grupo. Y mientras, la petrolera ha sido capaz de reducir el dividendo.

Esa última medida era una de las recomendadas, no sólo por las agencias sino también por casi todos los bancos de inversión y sociedades de Bolsa que analizan la compañía, aunque siendo conscientes que la dirección debía superar las reticencias de sus accionistas institucionales, presentes en el consejo: La Caixa (11,51%), Sacyr (8,73%) y Temasek (5,92%). Para Fitch, se trata de una decisión que permite fortalecer su balance. Moody’s recuerda que reduce la salida de liquidez de caja.

En resumen, respecto al tema de las desinversiones, del que forman parte tanto los compromisos por la compra de Talisman como el plan estratégico, no se considera una cuestión difícil de materializar por parte de Repsol.

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