Ya les contaba anoche que la gran incógnita era saber si podría más Google qaue las ganas de subir y curiosamente hubo un rato en el que pudieron los dos lo mismo. Mientras Google tiraba el Nasdaq Composite al rojo hasta bien entrada la sesión, los demás índices salían al alza y sin ganas de darse la vuelta.

Pero se impusieron las alzas y la tradición bursátil. Tras una sesión de ida y vuelta, subida segura y más si estamos en fase de bajadas. Muy a menudo una vela de este tipo representa el fin de las bajadas y aunque no seré yo quien dçe por terminada la corrección, sí estoy algo más convencido de que si no pasa nada anormal, no irá mucho más allá. Recuerden mi pronóstico pero no me hagan mucho caso que suelo fallar: la línea que separa el bien del mal es la de los 1.290 puntos. Perdido este nivel en un cierre, volveríamos como poco al último mínimo.

¿Y Google? Pues fue a peor por minutos hasta completar un desastre que se tradujo en pérdidas del 8,26%. Pero Google no estaba solo. Apple, otro de los valores cn mayir peso en el S&P 500, tampoco atraviesa por sus mejores momentos, atrapados los inversores en la duda del efecto real del terremoto japonés en sus iPad-2, en el futuro iPhone-5 y en la salud de Steve Jobs. Y otro de los pesos pesados del S&P 500, Bank of America presentó resultados decepcionantes y terminó más de un 2% abajo.

Pues ya ven, con aproximadamente un 11% del S&P500 bajando con cierta fuerza, el índice ascendió un 0,39%, ¡¡Igualito que nuestro Ibex!! Cierto es que el Dow Jones tiró todo lo que pudo también y cerró incluso mejor, con una subida del 0,46%. El Nasdaq Composite lo pasó un poco peor porque el efecto contagio de Google entre los valores tecnológicos fue mayor que entre los más tradicionales. Al cierre ganaba no obstante 0,16%.