Más de la mitad de los trabajadores domésticos a nivel mundial no tiene derecho a gozar de una jornada laboral con límites de horario. En algunos casos, según denuncia la Organización Internacional del Trabajo (OIT), estos trabajadores y en especial aquellos que residen en el hogar de su empleador, trabajan más de 60 horas semanales y no disponen de ninguna legislación que regule su derecho a un descanso adecuado.
La OIT ha publicado un informe que revela las situaciones que experimentan estos trabajadores a quienes con frecuencia se les exige que estén disponibles las 24 horas del día para satisfacer las diversas necesidades de sus empleadores, en cuyos domicilios residen.
“A los trabajadores domésticos residentes ni siquiera se les garantiza una noche de descanso ininterrumpida, en particular los que tienen responsabilidades de cuidar a niños, ancianos o miembros de la familia enfermos o con discapacidad”, recuerda el ente dependiente de la Organización de Naciones Unidas dedicado al mundo del trabajo.
La organización defiende una norma mínima de 11 horas de descanso consecutivas al día, recogida en la Directiva de la Unión Europea (UE) sobre tiempo de trabajo, cuyo contenido puede servir de “orientación”, afirman.
“La introducción de esta ‘norma 11/24’ a nivel nacional puede ser un primer paso hacia la protección efectiva del derecho al descanso de los trabajadores domésticos”, reiteran.
Efectos sobre la salud
Los especialistas de la OIT destacan los efectos negativos sobre la salud de los trabajadores domésticos que trabajan horas excesivamente largas, con poco o ningún descanso, algunas veces asociado a horas de sueño insuficientes o con interrupciones.
Señalan además que la investigación demuestra que puede causar un incremento del riesgo de la diabetes tipo 2, enfermedades del corazón y depresión, por mencionar sólo algunas de los efectos.
Los autores de la hoja de datos indican que la fatiga física y mental consecuencia de trabajar horas excesivamente largas no sólo afecta la capacidad de los trabajadores de realizar sus tareas, además puede incrementar el riesgo de accidentes en el trabajo.
Además, trabajar largas horas hace que sea “difícil” mantener un equilibro entre el trabajo y la vida personal, agregan.
Sin embargo, reglamentar el tiempo de trabajo de los trabajadores domésticos puede ser complicado debido a que con frecuencia su lugar de trabajo es una vivienda privada.
En este sentido, el Convenio sobre las trabajadoras y los trabajadores domésticos, 2011 (núm. 189) constituye un “gran avance” para mejorar los derechos de los trabajadores domésticos, afirma Philippe Marcadent, jefe del Servicio de mercados laborales inclusivos, relaciones laborales y condiciones de trabajo de la OIT.
El ejemplo de Chile
La publicación de la OIT incluye un infográfico y proporciona otros ejemplos de buenas prácticas. En Chile, por ejemplo, los trabajadores domésticos residentes ahora tienen el derecho a 12 horas diarias de descanso, de las cuales 9 deben ser consecutivas, y sábado y domingo libres.
Las horas de trabajo de los trabajadores domésticos que no residen con sus empleadores están limitadas a 45 horas semanales, con un máximo de 6 días de trabajo por semana.
La OIT actualmente realiza una investigación sobre las buenas prácticas a nivel nacional. Esta investigación debería llevar a la publicación de un documento de orientaciones de política con sugerencias concretas para proteger eficazmente el derecho al descanso de los trabajadores domésticos, afirman desde la organización.
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