El metal, el variopinto sector donde trabajan cerca de un millón de personas en actividades tan diversas como la fabricación de acero o la elaboración de envases metálicos, ha sellado este jueves un acuerdo “histórico”, en palabras de sus negociadores.
El nuevo convenio, que culmina 20 años de negociaciones, elimina ‘de facto’ los límites a la ultraaactividad de los convenios, que instauró la reforma laboral. Con ello, el acuerdo ratificado hoy por UGT, Comisiones Obreras y Confemetal, patronal del sector, logra taponar una vía abierta a la devaluación de condiciones de trabajo.
Ausencia de Rosell
El nuevo ‘Convenio estatal de la industria, la tecnología y los servicios del sector del metal’, que sustituye al antiguo Acuerdo estatal, ha sido ratificado por los principales líderes sindicales y empresariales del sector, escoltados por los máximos responsables de patronal y sindicatos; Ignacio Fernández Toxo, por CCOO; Pepe Álvarez, nuevo secretario general de UGT; y Antonio Garamendi, por la parte empresarial, en su doble condición de presidente de Confemetal, patronal del sector, y líder de Cepyme, que agrupa a las pequeñas y medianas empresas; y con la ausencia de Juan Rosell, el líder de la gran patronal CEOE que había anunciado su presencia en el acto celebrado en la sede del Consejo Económico y Social en Madrid.
Tras la firma, los líderes sindicales han destacado que el acuerdo “soslaya lo aprobado en la reforma laboral del PP” en lo relativo al asunto de la ultraactividad o prórroga automática de los convenios colectivos.
Golpe a la reforma laboral
En 2012, la reforma laboral del PP abordó la llamada ultraactividad de los convenios. Esta prórroga indefinida provocaba en ocasiones una parálisis en las negociaciones de convenios colectivos, que podían dilatarse años. La reforma recortó esa prórroga automática, durante la cual los derechos se mantienen. Y limitó su vigencia a un año. Después, los trabajadores perdían sus derechos. Y quedaban a expensas de lo dispuesto en el Estatuto de los Trabajadores – una norma muy genérica – cuando no había un un pacto de ámbito superior.
El recorte de la prórroga automática de los convenios se vivió en los sindicatos como una traición. Y con el temor a una devaluación masiva de derechos. Sin embargo, a pesar de lo esperado, los empresarios han preferido no explorar esta vía.
Especialmente después de los pronunciamientos del Supremo, que limitan también las posibilidades de empeoramiento de condiciones laborales, bajo la idea de que los derechos sobreviven al vencimiento del convenio al quedar “contractualizados”.
Un sector heterogéneo y vulnerable
El nuevo convenio firmado hoy articula una compleja estructura de negociación, en la cual coexisten 62 mesas de negociación de ámbito provincial y más de 600 convenios de empresa. Junto a ellos, se encuentran además otros convenios como el general de la ferralla, el de la industria metalgráfica de Cataluña, de alcance autónomico, y su variante estatal (el convenio estatal de la industria metalgráfica y de fabricación de envases metálicos).
“La heterogeneidad del sector sin duda lo enriquece pero también lo hace muy vulnerable, al estar especialmente expuesto a la fragmentación, a la acción invasora de antiguos y nuevos sectores económicos y de nuevas formas de articulación de los intereses colectivos de carácter empresarial, como los ‘cluster’, los multiservicios y las externalizaciones o ‘outsourcing’”, afirman en fuentes sindicales.
Competencia estatal
Algunas materias pasan a ser competencia exclusiva de la negociación estatal, tales como el periodo de prueba, las modalidades de contratación, la clasificación profesional, la jornada máxima anual, el régimen disciplinario, las normas mínimas sobre prevención de riesgos laborales y la movilidad geográfica.
También establece un salario mínimo si bien su cuantía se fijará en el ámbito provincial. Y amplía las competencias de la comisión paritaria estatal del sector, que tendrá capacidad para resolver conflictos, algo que hasta ahora estaba limitado a la voluntad de las partes. A partir de ahora, cuando transcurra un año sin acuerdo, esta comisión paritaria podrá resolver la controversia. De este modo se elimina el bloqueo de los convenios y el perjuicio para los trabajadores en materias como salarios o la jornada y su distribución.
El nuevo convenio estatal del metal regula también la posibilidad de establecer un sistema autónomo de formación profesional para el empleo.
En materia de salud laboral se introduce la necesidad de contar con una tarjeta profesional del metal para poder trabajar en el sector, lo que supone, según CCOO, “un importante logro en materia de prevención de riesgos laborales”.
En materia de igualdad, además de incluir el compromiso de las partes para desarrollar un marco normativo sectorial que garantice la igualdad de trabajo y la no discriminación, se prevé la negociación de medidas dirigidas a favorecer la igualdad efectiva entre mujeres y hombres en relación con los planes de igualdad. También se crea la Comisión Sectorial por la Igualdad.
Además, el convenio pone límites a la proliferación de convenios de empresas multiservicios.
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