«Hemos pasado de poner ladrillos a poner cañas»

19/04/2016

Luis M. del Amo. Los expertos recelan del papel de la hostelería como motor del empleo en la salida de la crisis.

Expertos reunidos hoy han abogado por la necesidad de abordar reformas estructurales. En caso contrario, la economía española podría estancarse. Y convivir de forma permanente con una tasa de paro superior al 15%. Con visiones muy distintas, los economistas reunidos por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) – José Moisés Martín, de ‘Economistas frente a la crisis’ y Rafael Doménech, del servicio de estudios del BBVA – ha coincidido en la necesidad de apostar por la la innovación y mejorar la productividad.

Así, José Moisés Martín, de ‘Economistas frente a la crisis’, sostiene que las políticas de ajuste del Gobierno de Rajoy han buscado solo aliviar el déficit y no mejorar el crecimiento a largo plazo.

Ahora el país se enfrenta a un momento en que la inflación puede suponer un problema. En 2017, se prevé que España iguale el crecimiento de su PIB potencial y el de su PIB real. “Y a partir de ahí cualquier crecimiento por encima del PIB potencial, genera inflación”, ha alertado. Una circunstancia que se producirá en un entorno de tipos de interés muy bajos, previsiblemente, lo que dificulta el control de los precios.

Cegada esa vía, la economía española debe abordar reformas. Para superar en primer lugar su principal problema, que es la baja productividad, sostiene.

Sin embargo la salida de la crisis se está basando en sectores poco productivos, como la hostelería, el comercio y el transporte. Así, el modelo de sol y playa se está rebelando como un factor que impide otro tipo de desarrollo, la llamada ‘maldición de los recursos’. «Hemos pasado de poner ladrillo a poner cañas», ilustra.

El economista aboga por algunas reformas tendentes a mejorar la innovación. Y afrontar el principal desafío para que tiene la economía española: la educación.

En este sentido, el 50% de la población española ha cursado solo estudios de primaria, lo que dobla la tasa de Alemania. Además los resultados en competencias como matemáticas y lectura son muy inferiores a los de las economías más avanzadas. Unos malos resultados que se reproducen en todos los niveles educativos.

Martín ha advertido que el gasto social en España es muy poco redistributivo y beneficia sobre todo a la clase media. Y ha abogado por la intervención del sector público para favorecer el cambio del modelo productivo, a la vista que el entorno es favorable con una política de relajación monetaria que durará aún años previsiblemente

También ha pedido revertir las políticas de devaluación salarial y el incremento de la desigualdad. Aunque no se opone a flexibilizar el mercado de trabajo, según ha dicho, consciente de que a corto plazo “a lo mejor” es la única solución.

Sin embargo, ha recalcado, confiar en la hostelería, como antes en la construcción, es un modelo que condena a España a una economía basada en los bajos salarios y una baja productividad. “Hay que vencer las resistencias a invertir en otros sectores”, ha concluido.

Los riesgos de un paro crónico

Por su parte, el economista del servicio de estudios del BBVA, Rafael Doménech, ha alertado sobre el riesgo de que se consolide una tasa de paro estructural del 15,5%, algo “inaceptable”, en su opinión, y que sitúa a España al nivel de países con menos desarrollo económico como Grecia, Suráfrica, Kosovo o Macedonia.

Según Doménech, la dificultad es crear empleo sin incurrir en déficit de balance corriente, como en el pasado, es decir sin endedudarse con el exterior.

Para ello, España debe mejorar su capital humano y disminuir la desigualdad y el riesgo de pobreza, que en un 80% de los casos se explica por el desempleo.

A finales de 2016, la economía española habrá recuperado tan solo la mitad del empleo perdido durante la crisis, ha señalado.

Por ello, el economista de BBVA ha defendido algunas recetas como rebajar las cotizaciones sociales, reducir la desigualdad entre temporales y fijos –la llamada dualidad en la contratación–, favorecer la negociación colectiva al nivel de las empresas, que sigue siendo “testimonial” y que “ha ido disminuyendo” en los últimos años a pesar de las medidas laborales aprobadas por el Gobierno de Rajoy.

Finalmente, Doménech ha recomendado reforzar las políticas activas de empleo, un capítulo en el que España gasta la mitad que otros países comparables de la OCDE.

Y eliminar en suma algunas restricciones en el mercado de trabajo así como determinadas barreras que limitan el el crecimiento de las pequeñas empresas y ganar tamaño.

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