Hay quien lanza una marca nueva y otros que relanzan una ya existente, ambas cosas, aunque pueda parecer lo contrario, son complejas. El caso de nuestra pyme de esta semana, la firma española de bolsos Acosta, es del segundo grupo: la marca, fundada en 1942, pasó en 2012 a manos de otro grupo familiar, dirigido por Cristina Colomer. “En 2012 Acosta cerró todos sus puntos de venta, adquirimos la marca y abrimos nuevas tiendas a los pocos meses. Como aspecto positivo, la compañía era reconocida por su gran calidad y diseño, valores que hemos no solo rescatado, sino potenciado”, explica Colomer.
Pero vayamos a los inicios de esta historia: la empresa fue fundada en los años cuarenta en Madrid por Cecilio Acosta como un taller artesanal, y tuvo tanto éxito que sus producciones acabaron saltando a Europa y Asia. Llegaron a tener en su día 30 tiendas en España y dos fábricas propias, una para zapatos y otra para bolsos. Pero en 2012 tuvieron que echar el cierre y fue entonces cuando Colomer, farmacéutica de formación, entró en acción: abrirían su primera tienda en Valencia y poco después, en Madrid. Al mismo tiempo, organizan el equipo de diseñadores y proveedores para lanzar la primera colección de la nueva etapa. ¿Principales problemas que se encontró? “Encontrar personas responsables de cada uno de los departamentos, relanzar la marca después de haber cerrado y las pocas ayudas que tenemos las empresas medianas para conseguir financiación y servicios”, comenta Colomer.
En la actualidad, la pyme, en la que trabajan 30 personas, cuenta con tres tiendas propias en nuestro país, tiene presencia en centros de El Corte Inglés y en una treintena de puntos multimarca. También, están en pleno proceso de internacionalización, con puntos de venta en Rusia y Suiza, pero sin dejar de lado lo que entre otras cosas, hace destacar sus creaciones: la artesanía. En sus procesos de fabricación siguen utilizando técnicas genuinas (algunos modelos pueden suponer un trabajo de 4 horas). Sus piezas se producen en España, en la localidad de Ubrique, archiconocida por su saber hacer en las pieles, Madrid y Alicante.
Aparte de la internacionalización, otro de sus retos es afianzar la marca en nuestro país, con un crecimiento moderado. Acosta cerró 2015 con una facturación de 2,5 millones de euros, prevé un incremento del 50% para 2016 e inaugurar nuevas aperturas en España y otros países. Y como dato curioso e importante: la empresaria, que sabe que el uso de la piel no está exento de controversia, no utiliza pieles sin control de origen y en todos sus procesos de producción respetan las normas de CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres). Porque que el bolso sea bonito y práctico es importante, pero conocer el origen de la piel con la que está fabricado, también.
En 2015, esta pyme española de bolsos tuvo una facturación de 2,5 millones de euros.
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