Las cuentas de Iberdrola del primer trimestre de este año muestran que la empresa cuenta con una liquidez por 8.500 millones de euros, de los que que 7.618 millones son líneas de crédito. En la presentación de las cuentas a los analistas y al mercado, la compañía también aporta otros datos sobre su actual perfil financiero.

La deuda neta ascendía a 28.274 millones de euros a 31 de marzo, frente a los 28.625 millones de aun año antes. La parte más elevada de los vencimientos de la deuda -15.469 millones de euros- tienen como fecha el año 2021 y posteriores.  En este ejercicio vencen 1.984 millones de euros y 2.193 millones el próximo año. La vida media de la deuda es de 6,5 años.

Y si bien los resultados financieros del periodo han mejorado un 52% hasta 140 millones, el Ebitda (resultado bruto de explotación) se ha visto reducido tanto en el negocio liberalizado (menos trading de gas en España) y en redes (básicamente por la climatología en Estados Unidos). No obstante, la compañía asegura que cumplirá con  los objetivos y previsiones de 2016, ya que se trata de problemas puntuales.

Otra dato que han destacado a los analistas es el relativo a la inversión en los tres primeros meses: ha aumentado un 51% hasta 896 millones de euros y lo que parece más relevante: el 91% se ha destinado al crecimiento, básicamente en el exterior.

El consejo de administración aprobó ayer realizar una ampliación de capital, por un valor de mercado entre 779 y 845 millones de euros, que servirá para entregar el dividendo complementario de 2015 en nuevos títulos a los accionistas que elijan cobrarlo por esa vía. La empresa ha aprobado también, por tanto, el programa de dividendo flexible.

Este dividendo se abona en tres partes: dos dividendos flexibles, que pueden cobrarse en efectivo o nuevos títulos -el primero, de 0,127 euros, distribuido en enero, y el segundo, que es el que se ayer- y un pago en efectivo de 0,03 euros, que se entregará el próximo 7 de julio.