El consejero delegado de Ibercaja,Víctor Iglesias, y la presidenta de Microsoft España, Pilar López, firmaron en una tablet la alianza estratégica para acelerar la transformación digital de la entidad financiera. El acuerdo supone el lanzamiento en noviembre (habrá una primera versión en julio) de una aplicación de banca móvil 3.0 para todas las plataformas.
También, una nueva arquitectura de servicios digitales de Ibercaja, basada en tecnologías de movilidad, contenidos sociales y Big Data. Las soluciones de analítica de negocio «permitirán que los empleados de Ibercaja accedan a la información que necesitan sobre sus clientes, mejorando la captación, retención y satisfacción de éstos», explican en la entidad.
Un tercer aspecto del acuerdo es que Ibercaja pone a disposición de sus gestores comerciales soluciones tecnológicas y de movilidad que permitirán a éstos interactar con sus clientes tanto en la sucursal como fuera de ella.
El acuerdo llevará a una adecuación de los procesos internos de Ibercaja a una estrategia de cliente omnicanal, y a una potenciación de su plataforma de marketing digital.
Es «un acuerdo estratégico que catalizará la transformación digital del banco a medio plazo», explica Víctor Iglesias. «El objetivo es que la tecnología facilite la vida a nuestros clientes y a nuestros empleados, fomentando una interacción óptima» entre ambos, insiste.
Ibercaja invertirá en su plan de digitalización 50 millones al año, y calcula que le permitirá duplicar el número de clientes digitales, hasta un millón, en 3 años. En la actualidad, 450.000 clientes particulares y 70.000 empresas utilizan el servicio de banca por Internet. Un 75% de las transferencias y el 66% de las operaciones de compraventa de valores se realizan ya online en la entidad.
La digitalización contribuirá a resolver «una de nuestras principales debilidades», como reconoce Ibercaja. «No nos gusta» tan elevado peso de los gastos sobre los ingresos, y la ratio de eficiencia estará por debajo del 50% antes de 2018.
Esa transformación digital no se hará a costa de la sucursal, sino que busca la convergencia entre ambos canales para ofrecer «el mejor modelo de atención al cliente», subraya el consejero delegado de Ibercaja. No supondrá un cierre «masivo» de oficinas (este año están previstos 22), sino que la sucursal «debe centrarse en las operaciones de mayor valor y en el asesoramiento». «El contacto personal es imprescindible en las cuestiones importantes», resalta.
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