El paréntesis de Semana Santa va a venirle mal al mercado. Se ha embalado en los dos últimos días y que no haya nueva sesión hasta el martes puede suponer una parada para la reflexión y volver a analizar la situación. Y si lo hace descubrirá que en realidad nada ha cambiado, sólo el sesgo de las cotizaciones. Hace tres días se hundían sin remisión y ahora suben como globos de helio. El mismo déficit, la misma deuda, los mismos problemas financieros… Los resultados empresariales tampoco han sido la bomba. Unos mejor y otros peor, en la línea de lo que era previsible, y el sector financiero que sigue sin despertar del todo.

Ni había razones para despeñarnos hace una semana ni ahora mismo las hay para la euforia, pero ya saben cómo funciona esto del mercado. Del «nos hundimos» hemos pasado a dos máximos consecutivos en el Dow Jones, hoy por encima de los 12.500 puntos. Y ya les adelanto que si hasta el martes no pasa nada absolutamente raro, seguiremos así un tiempo. Sin la vehemencia de estos dos días, pero decididamente alcista.

Por todo ello, aprovechemos estas fiestas para descansar de mercado. Tomemos un poco de distancia, no miremos gráficos, ni cotizaciones. Si pueden, ni lean prensa, ni vean un telediario. Alejen su mente todo lo que puedan del mercado y cojan un poco de oxígeno. Yo procuro hacerlo cada tarde y cada noche. Cada vez que publico un comentario desconecto del mercado por completo y no vuelvo a mirar hasta una hora antes del cierre en busca de claves. Seguramente por eso yo veo otras cosas distintas a lo que ven otros, porque miro con otros ojos y no me conformo con las explicaciones de siempre.

Eso sí, para la estadística, les dejo al Dow Jones en máximos plurianuales tras subir un 0,42%, al S&P 500 al borde del mismo hito tras avanzar un 0,53% y al Nasdaq Composite que ha subido un 0,63%.