Hay hombres que luchan toda la vida…

29/10/2010

diarioabierto.es.

Ha muerto Marcelino Camacho. Un hombre que ha sido fundamental en nuestra reciente historia. Fundador de Comisiones Obreras y, sin duda, un luchador nato. Un hombre que ha dignificado  a la clase a la que siempre perteneció.

Ahora, cuando tanto se cuestiona el sindicalismo, es hora de reivindicar a gente como Marcelino, como Julián Ariza, como Eduardo Saborido, como Nicolás Redondo, como el cura Paco, como Cándido Méndez o Ignacio Fernández Toxo. Y mezclo a propósito estos nombres tan distantes en el tiempo y, según algunos, tan distantes en sus principios.

Marcelino Camacho fue un hombre que creyó en lo que hacía. Que tuvo claro que el sindicalismo era una forma de luchar por mejores condiciones de vida y que, a la vez, y en aquellos momentos, había que practicarlo desde una actitud política. Fue un político y un sindicalista. Entregado en alma y cuerpo a mejorar no sólo las condiciones de la clase obrera, sino, también, las condiciones del país.

Y yo creo –y que me perdonen los puristas- que los actuales dirigentes sindicales siguen luchando por los mismos objetivos. Siguen el camino que, en su día –y en tiempos más difíciles- marcaron gentes como Marcelino Camacho. Quizás de otra manera, tal vez con estrategias distintas, pero, afortunadamente, nadie puede hablar de corrupción de sus dirigentes ni de renuncia a los principios fundamentales de su clase.

Al hombre lo conforman errores y aciertos. Y Marcelino era un hombre que tuvo ambas cosas. Pero, por encima de ello, dejó un legado de honestidad, coherencia consigo mismo, lucha y sufrimiento y, sobre todo, un afán por hacer que la clase obrera alcanzara lo que se llamaba su emancipación.

{destacado}Gentes como Marcelino cambiaron este país. Lo hicieron más habitable. Se sigue creyendo que la Transición se hizo desde los palacios y los pasillos, en los salones, entre grandes frases y cortesías. Y no fue así. L transformación de la dictadura a la democracia se hizo desde las cárceles, con muerte y con dolor. La hicieron gentes como Camacho.

No quiero terminar estas líneas sin hablar de Josefina. La mujer de Marcelino. Ha sido una luchadora. Un mujer que ha estado siempre a su lado. Siempre como una sombra dulce y fuerte. La historia no habla casi nunca de estas mujeres, pero sabemos que ellas han luchado tanto como sus maridos, han renunciado a muchas cosas por que un día decidieron que su trabajo  estaba precisamente ahí.

Y no hablo de sumisión ni de sometimiento. Creo que siempre hemos sido injustos con millones de mujeres que han puesto todas sus fuerzas en conseguir un cambio social y político de su país. De una u otra forma. Josefina se merece, sin duda, un homenaje que nunca se le ha dado y que ella, seguramente, rechazaría. El silencio de Josefina habla más que mil gargantas.

Parece inevitable acabar este artículo con las palabras de Bertolt Brecht:

“Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles”.

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2 pensamientos en “Hay hombres que luchan toda la vida…

  1. Es de justicia reconocer el trabajo de tantos y tantos sindicalistas que luchan por la libertad de la clase obrera.
    Marcelino, camarada, siempre en nuestro corazón

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