La debacle de los precios del petróleo, que alcanzó un pico bajista récord en el primer trimestre de este año, ha empujado a Repsol a dar una vuelta de tuerca a su plan estratégico, en el que se había contemplado cotizaciones para el Brent (crudo de referencia en Europa) que estaban muy lejos de alcanzarse. Después se fijó el nivel medio de rentabilidad de los activos de exploración y producción a los 40 dólares para la primera parte del plan, y este reto se mantiene. En este contexto, el consejero delegado de la empresa, Jon Josu Imaz, ha destacado en la junta de accionistas celebrada este viernes 20 de mayo. la capacidad de la empresa para gestionar ese área y en ese escenario generando caja positiva.
Y si el panorama actual es más positivo para el sector, con el crudo en el umbral de los 50 dólares, la elevada volatilidad hace que la empresa mantenga con la estrategia seguida en el primer trimestre de 2016. Imaz subrayó que se han cumplido los objetivos en los programas de sinergias y eficiencias, con proyectos de crecimiento en el área de upstream (exploración y producción), si bien con un mayor rigor con los que precisan inversiones más elevadas. Agregó que la empresa está cómoda en el nivel de producción fijado en el plan, que está fijado en el entorno de los 700.000 barriles al día.
Imaz señaló que los datos de la compañía muestran la bondad de su diversificación industrial, con el refino y la química aportando márgenes más elevados cuando se recortan en producción, a la que ahora se añade la geográfica con la integración de Talisman.
Y centró además parte de su intervención a los accionistas en cómo la compañía intenta equilibrar la remuneración a sus accionistas -se ha reducido el dividendo- con la mejora de su perfil financiero. Cuenta actualmente con liquidez superior a los 9.100 millones de euros, cifra que cubre más de dos veces los vencimientos de la deuda a corto plazo.
En su intervención, Antonio Brufau, presidente de Repsol, hizo un pormenorizado análisis de la perspectivas energéticas y de los objetivos medioambientales en el mundo y, en este entorno quiso rebatir el discurso que apunta a las inmensas bondades del coche eléctrico. Un vehículo que se ‘vende’ como eficaz para reducir la contaminación, por su ‘nula’ emisión de CO2.
Brufau puntualizó que el proceso de fabricación de estos automóviles es más contaminante que el de los tradicionales por las baterías que incluyen y que, además, como segunda razón, esos coches se recargan con electricidad que es producida por todo tipo de centrales de generación. Aludió en particular al caso de Alemania, país que está promoviendo su uso, en donde gran parte de la electricidad proviene de plantas de carbón, las más contaminantes.
Pero la parte más ‘atractiva’ de su discurso fue la referida a algunos ‘actores’ del sector petroleo mundial, y abogó por la desaparición de la OPEP como cártel, aunque matizó que la reducción de su peso hace que el mercado sea ya más abierto.
Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.