Pícaros, brujos, magos, druidas y paladines se dieron cita ayer en Madrid en los cines Méndez Álvaro. Desde las cinco de la tarde, y hasta pasadas la una de la madrugada, el hall de los Cinesa estuvieron repletas de jóvenes, y no tan jóvenes, con un sólo objetivo en la mente: participar en el #EventoWarcraft organizado alrededor de uno de los estrenos cinematográficos más esperados de la década por los millones de jugadores que el videojuego World of Warcraft, de la americana Blizzard, tiene repartidos por el mundo. O de los que hace ya 22 años disfrutaron del primer capítulo de la saga Warcraft. Diez años desde que se anunciara por primera vez la intención de llevar a la gran pantalla la mitología que ha dado a luz una de las franquicias de videojuegos más exitosas del mundo.

A las seis de la tarde, con el sol que caracteriza las calurosas tardes de mayo en la capital, cientos de personas hacían cola para poder acceder a los cines y conseguir la papeleta que les ofrecería la oportunidad de conseguir alguno de los jugosos premios que un grupo de voluntarios habían conseguido para todos aquellos que participaran en diferentes retos. Los más fáciles, los fotográficos, que ofrecían la posibilidad de posar frente al Portal Oscuro, o junto a algunos de los personajes más emblemáticos de los juegos y la película Warcraft: El Origen.

Dos estandartes, uno de la Alianza y otro de la Horda, daban la bienvenida a los que iban llegando, mientras los que esperaban disfrutaban viendo a los cosplayers, discutiendo sobre los mejores momentos del juego o, simplemente, sacando a pasear a sus peluches oficiales. Las hermandades (grupos de jugadores que se unen dentro del MMORPG -por sus siglas en inglés: Massively Multiplayer Online Role-Playing Game- para asaltar mazmorras, recorrer raids o, simplemente, pasar un buen rato en compañía) hacían su aparición en las colas, con grandes grupos que lucían camisetas con su nombre y su emblema. Grupos, parejas y hasta algún aventurero en solitario, recién llegado de la lejana Cartagena, compartían experiencias y comparaban logros obtenidos en el juego.

Más de 20 voluntarios, reconocibles por sus camisetas negras, amenizaban las pruebas de trivial, bailes típicos de Azeroth o de pinturas de guerra. Con paciencia infinita y buen humor, conseguían mantener el orden en el caos de fans de la saga que competían por libros, espadas hinchables o incluso ediciones coleccionista de una de las expansiones del juego. Fueron también los encargados de controlar luego la entrada a las salas de cine donde se proyectaría la película, renombradas especialmente para la ocasión.

Con media hora de retraso comenzó la película, precedida por vídeos que hablaban de las distintas expansiones lanzadas hasta la fecha de World of Warcraft, así como el tráiler de la que aterrizará el 30 de agosto en millones de ordenadores de todo el mundo. E intercaladas por presentaciones de la película especialmente creadas para el público español, por parte de Rob Kazinsky y Duncan Jones, que arrancaron aplausos emocionados y gritos de “¡Por la Horda!” en las salas.

Poco más de dos horas después, en las que se sucedieron risas y aplausos en determinados momentos de la película, los asistentes al evento abandonaban el cine armados con una sonrisa, satisfechos por el trabajo llevado a cabo por Duncan Jones, director del largometraje, jugador del WoW e hijo de David Bowie, y agradecidos al grupo de voluntarios de la página web Silver Knights que puso en pie un evento de semejantes magnitudes sólo con su voluntad y entusiasmo.