El repunte del dólar terminó bruscamente la semana pasada, al menos a corto plazo. La
debilidad de los datos aportados por el informe de nóminas en Estados Unidos, publicado
la semana pasada, ha llevado a los mercados a descontar cualquier remota posibilidad de
una subida de tipos de interés en junio por parte de la Reserva Federal, lo que hace muy
probable que se produzcan, como máximo, dos subidas en lo que queda de año. Este
ajuste de precios ha llevado al dólar a depreciarse frente a todos sus principales pares, y
el billete verde ha tenido uno de sus peores rendimientos semanales de los últimos
meses, terminando con una caída del 2% frente al euro. La gran excepción ha sido la libra
esterlina, que durante toda la semana soportó encuestas de opinión que indicaban que
el Brexit seguía siendo una posibilidad real en el referéndum. De hecho, la libra se las
arregló la semana pasada para acabar con unos resultados peores que los del dólar y que
cualquier otra de las principales divisas durante la semana.
Toda la atención se centra en el testimonio que hoy lunes ofrecerá Yellen sobre la política
monetaria. Se espera que aclare la senda prevista en cuanto a subidas de tipos durante el
resto de 2016, tras la decepción del mercado laboral el pasado viernes. Los mercados
confían en que no apunte a más de una subida en lo que queda de año. Más allá de
Estados Unidos, tenemos por delante una semana escasa en datos, en la que los
acontecimientos políticos ocuparán el centro del escenario: los debates sobre el referéndum de Gran Bretaña, el martes y el jueves, constituyen el principal factor de
riesgo para la libra.
EUR
Como se esperaba, el BCE no cambió su política de tipos la semana pasada. El
presidente Draghi ha actuado con cautela, decepcionando a ciertos comentaristas que hubieran esperado un giro algo más agresivo por parte del BCE. Se produjeron pequeñas revisiones sobre las previsiones de inflación. Si bien Draghi mencionó que el equilibrio de los riesgos respecto de las previsiones había mejorado ligeramente, también insistió en que el BCE está preparado y dispuesto a incrementar los estímulos si las medidas actualmente en marcha no consiguen sus objetivos. No esperamos grandes cambios en la política, por lo menos, hasta la reunión de septiembre. Por consiguiente, el BCE va a desaparecer de los titulares durante un tiempo y el euro se negociará en los mercados en función de dos factores: en primer lugar, la retórica y comentarios de los responsables de la Reserva Federal; y en segundo lugar, el calendario de riesgos políticos. Además del referéndum en el Reino Unido, las elecciones del 26 de junio en España podrían traer un gobierno liderado por Podemos, lo que podría traer un enfrentamiento con Bruselas sobre los planes de gasto y el calendario para la reducción del déficit español.
GBP
Ha sido una semana muy dura para la libra esterlina: la euforia que había empezado a
crecer a medida que las encuestas situaban la opción de “permanencia” cómodamente
por delante se disolvió cuando la semana pasada las encuestas preveían un resultado mucho más ajustado en el referéndum. Las casas de apuestas apuntan a un incremento de las posibilidades de que se produzca el Brexit desde un 20% hasta alredededor de un 27%. No obstante, nuestro referente de sondeos preferido, Number Cruncher, considera las probabilidades de que se produzca dicho evento en un porcentaje no superior al 22%.
Aunque hasta ahora los mercados lo han ignorado en gran medida, el principal índicador de sentimiento empresarial PMI ha acusado una modesta mejora, subiendo a 53, un nivel que se corresponde con el crecimiento del PIB del orden del 2%. Se trata de un resultado bastante positivo, teniendo en cuenta la incertidumbre sobre el referéndum; además, estimamos que es posible ver una considerable remontada de la confianza empresarial, puesto que esperamos que el Reino Unido vote por permanecer en la UE el próximo día 23 de junio.
USD
Hemos sido testigos del peor informe del mercado laboral de casi los últimos seis años. Solo se han creado 38.000 empleos netos, y las cifras de los últimos dos meses han sufrido revisiones a la baja. El desempleo cayó con fuerza hasta el 4,7%, aunque se ha debido principalmente a la reducción de la población activa. La ligeramente buena noticia es que los salarios han mantenido el crecimiento del 2,5% durante el año.
Esta decepción prácticamente elimina la posibilidad de que la Fed suba los tipos en junio, mientras que la posibilidad de una subida en julio dependerá de que se produzca una recuperación en el informe del mes próximo que tranquilice a los mercados acerca del debilitamiento de la economía estadounidense. Suponemos que este será el principal mensaje de Yellen sobre política monetaria de hoy lunes.
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