Lo decía recientemente Hugh Herr, premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2016, los exoesqueletos y las extremidades biónicas van a hacernos cuestionar qué es un ser humano desde el punto de vista filosófico. El científico sueña con acabar con la discapacidad humana, como tantos otros investigadores, entre ellos los del Centro de Automática y Robótica, centro mixto del CSIC y la Universidad Politécnica de Madrid. Hoy han presentado el primer exoesqueleto pediátrico del mundo para niños con atrofia muscular espinal. Esta enfermedad degenerativa afecta a unos 400.000 pequeños de todo el planeta. En España, a uno de cada 10.000 bebés.

Este dispositivo posibilita a los pequeños andar y mejorar sus condiciones físicas al utilizarlo como terapia de entrenamiento muscular con fisioterapeutas para evitar los efectos colaterales asociados a la pérdida de movilidad propia de esta enfermedad. Esta estructura modular de aluminio y titanio se ajusta a las piernas con unas espinilleras, al cuerpo y a los pies con unos zapatos especiales. Una vez ajustado, le ayuda a levantarse y a caminar. Pesa 12 kilos (lo aguanta el suelo, no el niño) y se adapta al crecimiento con unos extensores. Funciona con una batería que dura cinco horas.

Actualmente, están en marcha dos ensayos clínicos, uno en el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, donde ocho niños de entre 3 y 9 años lo utilizarán durante 3 meses para que los investigadores y médicos puedan evaluar su usabilidad. El otro ensayo se llevará a cabo en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid para comprobar el efecto psicológico. En este caso lo probará solo un niño (durante un año).

03/Junio/2016 Madrid, Arganda del Rey.
Álvaro prueba el primer exoesqueleto diseñado para niños en el Centro de Automática y Robótica, CAT, del CSIC.
© JOAN COSTA / CSIC

La idea es ofrecerlo en alquiler a las familias que lo necesiten, lo que saldría por 800 euros al mes. Si alguien quiere comprarlo vale 50.000 euros. El coste al fabricarlo en serie sería de 30.000 euros. El exoesqueleto para niños con atrofia muscular espinal también puede adaptarse a personas mayores. Por ahora, «los dispositivos que hay para adultos son para parapléjicos y aportan movilidad hacia delante, como si fuera una bici. El nuestro tiene cinco articulaciones controladas y puede llegar a tener seis. Aporta movilidad en todas las direcciones», ha explicado García, investigadora del CSIC y responsable del equipo que ha desarrollado el prototipo.

La atrofia muscular espinal, que se transmite genéticamente, se manifiesta con una pérdida de fuerza progresiva y  generalizada. Con este exoesqueleto cargado de sensores, muelles y motores tratan de aportar ese músculo de manera artificial. “Gracias a un sistema inteligente, el dispositivo se adapta al cambio de rigidez estructural, algo que nosotros hacemos sin darnos cuenta. Esta estructura espacial modifica la rigidez que presenta la articulación”, ha explicado Elena García.

Para que sea una realidad comercial todavía falta financiación, el mayor escollo para que se fabrique en serie y pueda beneficiar a otros niños. De ahí, que esté abierta una campaña de crowdfunding en la web de la empresa Marsi Bionic, spin-off del CSIC. «Con 1 euro que donara cada persona podrían caminar todos los niños», ha resaltado García.

“En el mundo hay 60 millones de personas que no pueden caminar, 17 de ellos niños. Es fundamental conseguir un dispositivo que pueda ayudarles. Cada una de las enfermedades tiene una sintomatología concreta y hay que adaptarlo a cada una de ellas. Luego, toca adaptarlo a cada niño en concreto”, ha afirmado García.

No es el primer exoesqueleto infantil, el primero lo desarrolló este mismo equipo del CSIC para niños tetrapléjicos. «Tecnológicamente nos encontramos cómodos, pero no es lo que más nos preocupa. El mayor reto es adaptar la tecnología a la persona, esto es, la aplicación a la salud, ya que cuando se lo colocas al niño le puedes hacer daño y hay que tener mucho cuidado.», ha señalado García.