La OIT se plantea erradicar la explotación laboral de 168 millones de niños

08/06/2016

Luis M. del Amo. La organización urge a las empresas que producen en los países más pobres a tomar “medidas específicas”.

Trabajo infantil

El trabajo infantil continúa muy presente en las cadenas de producción. A pesar de los últimos avances, y de los progresos tanto de las empresas que producen en el Tercer Mundo, como del entramado institucional, lo cierto es que según las últimas estimaciones, 168 millones de niños participan en distintas formas de trabajo infantil en todo el mundo, 85 millones de ellos en actividades peligrosas.

La mayor parte de los niños que se ven obligados a trabajar lo hacen en la agricultura, con 99 millones de niños; aunque el trabajo infantil también está presente en otros sectores como minería, industria manufacturera, turismo, producción de bienes y prestación de diversos servicios que a diario consumen o utilizan millones de personas, informa la Organización Internacional del Trabajo (OIT), con ocasión del Día Mundial contra el Trabajo Infantil que se celebra el 12 de junio.

Parte del trabajo infantil se realiza en las fábricas que producen para los países ricos. Sin embargo, en este ámbito se ha producido una reducción notable del trabajo infantil, y la OIT constata indicios “alentadores” de la voluntad de empresas e instituciones para impedir el trabajo infantil en las cadenas de suministro de las marcas que fabrican todo tipo de productos destinado al consumo del Primer Mundo.

Con todo la OIT urge a actuar contra el trabajo infantil en las cadenas de suministro con “medidas específicas”, si bien resalta que las cadenas mundiales de suministro pueden ofrecer oportunidades de desarrollo inclusivo a las empresas proveedoras, los trabajadores y los países en los que realizan sus actividades.

Agricultura y sector informal

En este sentido, la OIT señala que el trabajo infantil está presente sobre todo en el sector rural y en la economía informal. Dos ámbitos que quedan ocultos a ojos de la inspección del trabajo, y no que tampoco goza de la protección que brindan los sindicatos y las organizaciones de empleadores y de productores.

No hay que olvidar que muchas familias necesitan los ingresos procedentes del trabajo infantil, y que las explotaciones agrícolas de las familias más pobres “no pueden permitirse” prescindir del trabajo infantil, contratando en su lugar a adultos o jóvenes. Dos factores que acrecientan la vulnerabilidad de los niños, subrayan.

Por otro parte, la explotación toma forma muchas veces de trabajo a destajo, una modalidad en la cual los niños cobran en función de su producción, y que redunda en un aumento del riesgo para los menores.

La explotación de los niños se produce a pesar de que casi todos los países del mundo han ratificado los dos convenios sobre esta materia, el Convenio sobre la edad mínima número 138, de 1973, ratificado por 168 Estados; y el Convenio sobre las peores formas de trabajo infantil número 182, de 1999), sellado por 180 países.

Además de diversas prácticas de colaboración, la organización dependiente de la ONU mantiene abiertos diversos foros, como la Plataforma sobre el Trabajo Infantil , que permite a las empresas intercambiar buenas prácticas y elaborar nuevos modelos de colaboración.

En la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible la OIT reafirma el objetivo de poner fin al trabajo infantil. “Si actuamos unidos, está en nuestras manos lograr que el futuro del trabajo sea un futuro sin trabajo infantil”, destacan.

¿Te ha parecido interesante?

(Sin votos)

Cargando...

Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.