No siempre el silencio es virtud

27/04/2011

diarioabierto.es.

Salvo enchufe mayúsculo nadie aprueba unas oposiciones sin dejar de responder a las cuestiones más importantes. Claro que eso pasa si quieres ser, por ejemplo, ordenanza ministerial, pero no si lo que pretendes es ser presidente del Gobierno. Este país es así de peculiar. No en vano se cena cuando media Europa lleva horas con la oreja planchada sobre la almohada. Digo esto porque los silencios de Rajoy han convertido a los del Loco de la Colina en pura algarabía. No es que uno esté en contra del reparto del trabajo ni de la especialización, qué sería de Mayor Oreja sin ella, pero sí de elevar el escaqueo dialéctico a categoría cuando a uno le interesa.

Rajoy habla de lo que quiere y cuando quiere. En su derecho está, pero se convendrá que el mismo derecho tienen a saber qué opina o deja de opinar aquellos que se hayan planteado o no votarle que, como dijo el torero, ‘hay gente pá tó’. No es un tema menor su pronunciamiento sobre las listas de Bildu, tampoco sobre el caso Trotiño, ni menor es, por la irresponsabilidad que destila, intentar pasar de puntillas por los caminos pedregosos de la política pero subirse al coche oficial para que te lleven por autopista a hacerte fotos en las Fallas. Hay ocasiones en las que el silencio, lejos de ser virtud, desenmascara al pusilánime o ubica en el escenario a quien aspira a ser protagonista sin tener siquiera dotes de secundario.

Aquí no vale lo del chiste aquel de quien va a robar, le dan una patada en los dientes y, con la mano en la boca, le dice a su compinche aquello de ‘ve tú, ve tú, que a mí me entra la risa’. Esto no tiene ninguna gracia. Su mutismo tampoco. Y, si me apura, y para serle sincero aunque sólo sea por llevarle la contraria, la hipocresía de su partido en asunto tan serio como la política antiterrorista muchísimo menos. Claro que de esto, de lo otro, y, por supuesto, de la muerte de Manolete, ahora la culpa recae en RTVE. Es lo que toca en el argumentarlo de Génova que, de tan rígido, lo deben tener esculpido en piedra como los Mandamientos. Esto de criticar a la Española por sectaria ya no es ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio; es más bien usar munición de artillería en Telemadrid o en Canal Nou y luego quejarte tú porque te pisan un juanete ¿Qué dice Rajoy a esto? ¿Toca o no toca?

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