Comisiones Obreras (CCOO) ha celebrado este martes unas jornadas sobre el papel del sindicato en el mundo globalizado. Como principales novedades de esta reunión cabe destacar que el sindicato estudia la creación de una escuela de dirigentes, y que se prepara para repensar su función para desempleados, autónomos y trabajadores de las pequeñas empresas.

El secretario general de la central, Ignacio Fernández Toxo, ha anunciado este martes que el sindicato estudia la creación en los próximos meses de una escuela de dirigentes sindicales. Esta formación, una vieja aspiración del sindicato, debería echar a andar en los próximos meses, y estar preparada para funcionar antes del congreso confederal del sindicato, que se celebrará el próximo año.

Toxo ha anunciado además que la organización desvelará el próximo 11 de julio la fecha en que se convocará el congreso confederal del sindicato, su máximo órgano de decisión. Sin embargo, el máximo dirigente de CCOO no ha despejado la incógnita de si se presentará a la reelección.

Toxo ha clausurado una jornadas tituladas “Repensar el sindicato”, durante las cuales delegados del sindicato llegados de toda España han conocido el documento abierto donde se recogen las líneas de actuación de esta reformulación de CCOO.

“No es una refundación”, ha aclarado Toxo, quien se ha referido a la nueva realidad del trabajo poliédrico, caracterizada por un trabajo escaso e inestable, y donde los sindicatos ni siquiera pueden aspirar a organizar el ámbito laboral de las personas, salvo la de aquellos trabajadores más estables, ha admitido el líder de CCOL.

Nuevos tiempos

El sindicato debatirá a partir de ahora sobre la mejor manera de adaptarse a los nuevos tiempos. En la jornada de hoy, algunos de sus dirigentes han confesado que el sindicato ha padecido de

cierta “lentitud” a la hora de adaptarse al nuevo paradigma que comenzó a mediados de los 70 y que se ha acelerado a partir de la adopción europea de las políticas de austeridad, a partir de 2010.

En este campo, las organizaciones sindicales deben abordar fenómenos como la digitalización, la automatización y la externalización, que están en marcha desde hace años y están modificando profundamente el tejido productivo.

Así, la organización admite que debe reaccionar con más celeridad ante los cambios en el mundo del trabajo, que muta muy rápidamente, y acortar el período que media entre la toma de una decisión y su ejecución, según ha puesto de manifiesto Agustín Martín, responsable de industria del sindicato.

Otro reto al que se enfrentan los sindicatos es la internacionalización. En este sentido, el sindicato debe estar presente en lo centros donde se toman las decisiones, que están en muchos casos lejos de España.

Además las centrales deben hacer visible la utilidad de la labor sindical. En este sentido las centrales reclaman una ley de participación institucional que les nutra de recursos y retribuya los costes de negociar los convenios colectivos, que ahora solo pagan los afiliados.

Un debate abierto en las centrales se centra en dónde dedicar más recursos. Hasta ahora CCOO reconoce que dedica “cien veces más recursos” a conseguir delegados en las empresas, a través de las elecciones sindicales, que a lograr más afiliación, ha destacado Francisco Carbonero, de la federación andaluza de la central.

Pérdida del poder de movilización

En relación a los nuevos movimientos sociales, como el 15-M o las ‘Mareas’, el sindicato reconoce que tiene “un punto de desconexión” en este sentido, y admite que el movimiento sindical no es el que tiene hoy más “capacidad de movilización”, ha señalado Agustín Martín, de la federación de industria

En este sentido, la central se plantea cómo transformar en ideología la “indignación” que han sabido canalizar estos movimientos ciudadanos, de tal modo que sea útil en la “lucha por la riqueza” que libran los sindicatos.

En las jornadas ha intervenido también la exsecretaria de Estado de Empleo, María Luz Rodríguez, ha destacado algunos retos que tiene ante sí el sindicalismo, como el empleo verde, el papel de la mujer, y la formación.

En su opinión, las nuevas tecnologías son un arma de doble filo, ya que pueden convertirse en una oportunidad para generar “mejor” trabajo pero también para crear nuevas formas de explotación. “El sindicato tiene que estar ahi”, destaca.