El movimiento sindical parece haber quedado tocado desde la reforma laboral de 2012 aprobada por el PP. La intromisión del Gobierno hasta en las reglas de la negociación colectiva todavía ha ahondado más la brecha, mientras año tras año han ido perdiendo apoyo de los Presupuestos Generales del Estado, incluso mucho más que los propios partidos políticos que también se mantienen de las arcas públicas. De puertas para dentro reconocen el ataque al que les ha sometido el Gobierno desde todos los frentes, mientras su labor ha intentado ser acallada, pese a las huelgas generales, manifestaciones y más protestas.

En el último Primer de Mayo parecía un rumor a voces la posible fusión de CCOO y UGT y ahora parece que se ha dado un paso al frente, según aparece reflejado en un documento del sindicato liderado por Ignacio Fernández Toxo. La idea es crear un gran sindicato con las dos centrales sindicales mayoritarias. Pero además se deja abierta la puerta a que puedan sumarse más organizaciones sindicales.

El documento ha sido estudiado este martes por los órganos de dirección de CCOO y en él se habla del futuro del sindicalismo, y en él se incluye la fusión con UGT. En una nota interna se recalca que «el cambio sindical ya era una necesidad antes de la crisis. Hoy es inapazable».

Desde UGT tampoco se mira mal esta posibilidad. Es más, su nuevo secretario general, Josep María Álvarez, se ha mostrado abierto a estudiar la posible fusión.

Pero la crisis, el elevado paso, la temporalidad, la precariedad no han sido el único caballo de batalla para las organizaciones sindicales españolas. CCOO también reconoce sus «errores e insuficiencias» en el documento. La crisis lo único que ha venido es a ponerlas de manifiesto. Por eso, se insiste, «es inevitable la remodelación».

La fusión no es la única opción, aunque en el documento se propone que reflexionar sobre ella y no descartarla de forma radical e irreflexiva, porque una fusión sería en estos momentos muyútil para «reforzar las capacidades del moviento sindical». Y para ello, y pese a todas las dudas que puedan surgir (en otros tiempos eran dos organizaciones beligerantes y enfrentadas), se pone en consideración el inicio de una «reflexión en común» (con UGT) para reforzar la unidad de acción sindical. Precisamente fue a mediados de la década de los 90 cuando la unidad de acción se abrió paso, al coincidir ambas organizaciones en que se lograban más cosas si se iba juntos.

Junto al reforzamiento del movimiento sindical después de que el Gobierno de Mariano Rajoy les diera de lado en las reformas emprendidas en su legislatura, CCOO también reflexiona en su documento sobre la baja tasa de afiliación sindical que hay en nuestro país. Uno de los problemas es que existen alrededor de 2.000 organizaciones sindicales registradas. La central que lidera Fernández Toxo es la primera por número de afiliados, incluso más que los partidos políticos, pero eso no impide que sean de las más bajas de la Unión Europea, ya que menos de 7 de cada 100 trabajadores están afiliados al sindicato.