Quien avisa, no es traidor. Y ya lo había avisado George Soros, que el Miércoles Negro de 1992 ganó 1.000 millones de dólares en una sola jornada especulando contra la libra y consiguiendo que la moneda británica fuera expulsada del mecanismo europeo de cambio. El conocido como ‘el hombre que quebró al Banco de Inglaterra’ avisó la semana pasada que el Brexit iba a provocar un hundimiento de la libra mucho mayor que entonces. Incluso pronosticaba un desplome del 20%.

Soros, una vez más, acierta. La libra  está sufriendo un hundimiento sin precedentes tras al referéndum que ha dado la victoria al abandono de Reino Unido de la Unión Europea. Se hunde más de un 10% frente al dólar, cuando en el Miércoles Negro fue el 4,1%. Y se sitúa a niveles nunca vistos desde 1985, precisamente el año en el que las grandes potencias se tuvieron que unir para intervenir el mercado de divisas ante la fortaleza del dólar.

La libra cae más del 6,5% frente al euro, y por encima del 14% frente al yen. Pero el euro sufre su peor caída desde que se introdujo en 1999, perdiendo más del un 4% frente al dólar.

Por el contrario, el yen japonés y el franco suizo, habituales refugios en tiempos de incertidumbre, registran fuertes subidas. Lo mismo que el bitcoin, la criptomoneda, que parece haberse convertido en el equivalente al oro en los mercados de divisas.

Ahora todas las miradas se dirigen hacia el Banco de Inglaterra, dirigido, ironías de la vida en este momento clave para el Reino Unido, por un canadiense, Mark Carney. Y al Banco Central Europeo. Los dos bancos centrales anunciaron en su momento que tomarían las medidas necesarias para asegurar la liquidez en los mercados.

Pero hasta ahora no han movido ficha en unos mercados de divisas que amanecieron (los que no estuvieron toda la noche electoral en vela) con el pie cambiado, fiados al histórico fracaso de unos sondeos que llegaron a anunciar la victoria de la permanencia del Reino Unido en Europa por más de 10 puntos de diferencia.

Al final, la libra esterlina ha moderado sus pérdidas y cotizaba a 1,36 dólares, el 9,3% menos, después de haberse depreciado hasta un 12% tras confirmarse la victoria del Brexit. Es el nivel más bajo desde marzo de 2009.