El presidente del Círculo de Empresarios, Javier Vega de Seoane, ha reclamado hoy cambios a las fuerzas políticas salidas de las urnas en las elecciones del pasado 26 de junio, que faciliten con medidas “muy sencillas” la actividad empresarial, de tal forma que las empresas españolas puedan ganar tamaño y competir en los mercados internacionales de forma más eficaz.

En cuanto a la situación política, el empresario ha confiado en que el entendimiento de los grupos políticos fructifique en la pronta formación de un Gobierno, y ha esperado que las resistencias actuales a facilitar la investidura de un nuevo jefe del Ejecutivo se correspondan con los “primeros escarceos” de la negociación.

En el capítulo económico, Vega de Seoane confía en que los partidos “tomen nota” de las medidas que les proponen los empresarios, ya que son, ha dicho, soluciones que ya han mostrado su utilidad en otros países y de las cuales los políticos son “cada día más conscientes” al constatar que el mercado donde vender productos y servicios “está fuera”. “Es un mercado internacional. Y para competir ahí hay que hacer los deberes”, apunta.

Sin comités de empresa

Por ello, el presidente del Círculo de Empresarios ha nombrado algunas medidas “muy sencillas” como elevar el umbral por el cual una empresa es clasificada por la Administración. A partir de los 50 trabajadores, ha recordado, las empresas deben asumir algunas “cargas laborales”. Además a partir de los seis millones de facturación, las firmas también reciben la obligación de llevar una contabilidad más compleja. Dos factores que entorpecen el crecimiento de las empresas y minan, en consecuencia, su productividad, han recalcado.

En el ámbito laboral, las empresas de menos de 49 trabajadores están excluidas de la obligación de tener un comité de empresa, según la legislación actual. La propuesta del presidente del Círculo duplicaría esta cifra, y situaría en cien el número de trabajadores necesarios para que sea obligado formar este órgano de representación.

En las empresas de menor tamaño, entre 10 y 49 trabajadores, la representación de los trabajadores la tienen los delegados de personal; uno, hasta 30 trabajadores; y tres, de 31 a 49. En las empresas más pequeñas, de seis a diez trabajadores, puede haber un delegado de personal si así lo decide la mayoría de la plantilla.

Umbral económico obsoleto

Además, el presidente del Círculo ha pedido elevar la facturación de seis a 20 millones de euros, el nivel de facturación a partir del cual la empresa debe llevar una contabilidad más compleja. Según Vega de Seoane, este límite se estableció en el año 1994, y ha quedado obsoleto en relación a la situación actual. “Actualicemos esos umbrales”, ha recalcado.

La propuesta del Círculo de Empresarios choca frontalmente con los intentos de los sindicatos de mejorar su representación en las empresas más pequeñas. Aunque ambos – empresarios y sindicatos – coinciden en la necesidad de que las empresas españolas ganen tamaño, las centrales sindicales, muy tocadas por la crisis y en proceso de adaptación a las nuevas formas de trabajo, analizan ahora cómo de aumentar su influencia en las pequeñas empresas.

El tamaño sí importa

El empresario ha lanzado estas recomendaciones durante la presentación de la cuarta edición del estudio dedicado a la empresa mediana que el Círculo de Empresarios elabora en colaboración con el servicio de estudios de BBVA.

En la presentación, Rafael Domenech, del servicio de estudios de BBVA, ha destacado las cuatro grandes palancas que impulsan el crecimiento en tamaño de las compañías, como son la legislación, el capital tecnológico, el grado de digitalización y la formación de su capital humano, incluyendo los directivos.

El informe pone de manifiesto la reducida dimensión de las empresas españolas – 4,6 empleados – si bien matiza que desde 2013 este valor ha dejado de caer. El escaso tamaño de las empresas españolas mina su productividad y dificulta su salida al exterior. En cifras, la productividad de las microempresas españolas es un 30% inferior a la que corresponde a los cinco países principales de la UE.

Además el informe expresa que la convergencia entre las regiones españolas en relación a la facilidad para hacer negocios, se ha detenido. Así, en la parte alta de la tabla figuran comunidades como Madrid, Baleares, La Rioja o Canarias, mientras que por el contrario, Extremadura y Andalucía son las dos regiones que cuentan con una legislación menos amistosa con la actividad empresarial, destacan.