Si eres de los que no saben manejar las herramientas de diseño más conocidas, pero no quieres renunciar a currarte una presentación para una reunión, una carátula de un CD con tus mejores fotos del verano, un currículum original o la imagen para tu perfil de Twitter, no desesperes, puedes superar ese problema con la plataforma Canva, sobre todo ahora que llega en versión española. Con ella puedes conseguir efectos profesionales aunque no tengas experiencia en diseño.

Este programa, que también se puede utilizar como una app en el iPad, ha “democratizado” el diseño y cualquiera puede convertirse en diseñador, ya que todo el proceso es sumamente sencillo. Esa facilidad la ha encumbrado al éxito, como muestran las cifras: 12 millones de usuarios en todo el mundo. En España, 350.000, pero muy prolíficos, ya que se sitúa como séptimo país del mundo (de un total de 179) por número de diseños, con 2,5 millones. Por ciudades: Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Palma de Mallorca, Málaga, Zaragoza, Bilbao, Alicante y Granada. Con la traducción de la herramienta al español esperan alcanzar más de un millón de usuarios de nuestro país en 2017, según explicó ayer en Madrid su joven creadora, Melanie Perkins. Desde su creación, se han desarrollado un total de más de 80 millones creaciones.

Para diseñar con Canva primero hay que registrarse con el email, Facebook o Google. Luego, eliges qué quieres diseñar (portadas de discos, libros, o revistas, banners, flyers, tarjetas de visita, currículums, infografías, postales, etc.) y seleccionas la plantilla que más encaje con tus gustos y necesidades. A partir de ahí, con un gesto tan simple como arrastrar, lo vas personalizando con los colores, tipo y tamaño de letra, imágenes… Desde ella se accede a una biblioteca de más de un millón de fotos, algunas gratuitas y otras de pago (cuestan 1 dólar). Además, “cualquiera puede subir sus fotografías si son de calidad y si alguien la compra, le pagan al autor”, explicó Perkins.

La plataforma permite, además, que varias personas trabajen en el mismo proceso de creación. Una vez concluido el diseño, con unos clics se comparte en las redes sociales o por correo electrónico.

Para los que utilicen mucho Canva pero para algunas cosas se les quede corta, también existe una versión profesional, Canva for Work, que aporta, por ejemplo, “guardar colores, tipos de letra y logos de una marca, tener sus propias carpetas de fotos y crear plantillas únicas”, enumeró la CEO de Canva, quien resaltó las bondades de la herramienta para las ONG, que normalmente no cuentan con personal cualificado para el diseño.

La historia de Canva responde a la clásica startup que surge con la idea-visión de una estudiante (Perkins, a los 19 años) y, poco a poco y con mucho esfuerzo, va logrando el sueño de materializarla con gente que cree en ella, como su novio y otro socio (Cliff Obrecht y Cameron Adams), que forman los tres cofundadores, Lars Rasmussen, el creador y responsable del éxito de Google Maps, Guy Kawasaki, especialista en marketing y gurú del emprendimiento, que trabajó en Apple como responsable de Macintosh, e inversores conocidos como los actores Owen Wilson y Woody Harrelson. Hasta el momento, han logrado una financiación de 27 millones de dólares.

“No tenía ni idea de lo que era una startup ni el capital riesgo, ni sabía nada de marketing. El salón de mi casa fue mi primera oficina. Pensé que iba a ser muy fácil pero no fue así. Nos enfrentamos con todo un mundo de problemas”, recordó Perkins. Escollos superados, juntos han logrado su objetivo: “Transformar completamente el mundo del diseño”, afirmó la emprendedora australiana.