Comienzan a llegar sus señorías electas el 26 de junio. Con la recogida de las acreditaciones, a partir de este lunes, 4 de julio, Santa Isabel de Portugal en el Santoral, empieza la duodécima legislatura de la democracia. Los resultados del 26J obligan al presidente del PP y jefe del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy Brey, a buscar los apoyos necesarios para seguir gobernando. La mejoría experimentada en las unas (de 123 a 137 escaños) le impide hacer de su capa un sayo y le fuerza a negociar la investidura para empezar. Dotado de las cualidades de Lucio Aurelio Cómodo, el gobernante Rajoy desea, con inaudito cinismo, que el PSOE le preste su apoyo, como si su mal disimulado odio hacia Pedro Sánchez hubiera desaparecido de la noche a la mañana. Ni él ni sus ministros y subordinados en el PP se creen la cantinela de la “gran coalición”, algo que también podría ofrecer a Unidos Podemos, la formación que encabeza Pablo Iglesias, con el que se lleva bien. Aquí funciona el principio romano de que los enemigos de mis enemigos son mis amigos.

Los escenarios de Rajoy son dos: o consigue los votos favorable de los 32 diputados de Ciudadanos, los 5 del PNV y uno de Coalición Canaria, que suman 175, o no cabe esperar que el PSOE facilite su investidura con la abstención de su socio de Nueva Canaria Pedro Quevedo para salir triunfante en la primera votación. El otro escenario, ya en la segunda votación, requiere la mayoría simple (más votos a favor que en contra) y pasa ineludiblemente por sumar a C’s (169 escaños) frente a los 85 del PSOE y los 72 de la coalición UP y las llamadas “confluencias” (157), siempre y cuando los nacionalistas de todos los colores se abstengan, algo ciertamente difícil.

El Congreso (también el Senado) se constituye el 19 de julio, y vale suponer que tras las preceptivas consultas del Rey con los jefes de filas parlamentarias, el presidente de la Cámara (el PP apuesta por reponer a Jesús Posada) convocaría la sesión de investidura para la semana siguiente, con lo que Rajoy, que ya ha empezado las negociaciones discretas, tiene tiempo de regatear el precio con unos y otros. En política nada es gratis, aunque a todos se les llene la boca con eso que llaman “intereses nacionales”. Puesto que en política tampoco hay entidades abstractas, hay que preguntarse: “Nacionales ¿de quién?”

La diferencia entre la nueva situación y el bloqueo provocado por la inflexibilidad de unos y otros tras el 20D consiste en que ahora ya ni Rajoy ni Iglesias apuestan por unas nuevas elecciones. El primero ha reivindicado un derecho a gobernar que ni antes ni ahora le han negado como dirigente de la primera fuerza política. Y el segundo ha descubierto que la suma de siglas no equivale a la adición de votos y se ha quedado con tres palmos de narices y sin el sorpasso o adelantamiento al PSOE que anunciaban las encuestas. El fracaso demoscópico ha sido una lección sobresaliente del 26J. La otra lección estriba en que sin tanto gasto en jetas colgadas de las farolas ni tanta fanfarria propagandística, los ciudadanos con derecho a sufragio acuden, incluso en mayor porcentaje, a depositar su voto.

Al PSOE, que ha perdido cinco escaños respecto a los 90 que sacó el 20D, el peor resultado de su historia desde la restauración de la democracia, le miran los mismos que se lanzaron a la yugular del acarismático Sáchez y le siguen apretando la yugular para que facilite la continuidad de Rajoy. Y hasta le responsabilizan de mantener el “no” por activa y por pasiva. La nueva situación tiene de novedoso el hecho de que el presidente ya no se puede negar a asumir su responsabilidad como hizo por dos veces tras los comicios del 20D. Y otra cosa tiene muy importante: que deberá negociar cada decisión, comenzando por los Presupuestos del Estado para 2017.

Se abre así una legislatura de la que algunas señorías que van llegando a recoger sus acreditaciones dicen que será corta, es decir, que no pasará de 2018, tiempo más que suficiente para que el PP lance al sucesor del señor Rajoy y el PSOE recomponga sus filas y, dada su debilidad electoral, revise los tres elementos básicos que componen el histórico partido: la organización, el programa y el liderazgo, pero, sobre todo, el liderazgo del nada carismático Sánchez. El análisis del fracaso corresponderá al Comité Federal, convocado para el próximo sábado, 9 de julio, y la reparación de ese coche sin ruedas deberá realizarla el congreso previsto para el otoño.

Por lo demás, aunque las Cortes se disolvieron el 3 de mayo pasado, todos los parlamentarios han cobrado sus retribuciones como si hubieran trabajado. Esto es así porque ninguno ha renunciado a percibir su salario completo el mes de las flores y porque las Mesas de ambas Cámaras lo han decidido. Los reelegidos son prácticamente los mismos que el 20D, más el séptimo de la lista del PSOE por Madrid, Eduardo Madina. La mayor pérdida de votos y escaños (medio millón de papeletas y 8 diputados) corresponde a C’s y vale suponer que haya servido a su dirigente Albert Rivera para apoyar al PP y contener la hemorragia de votos hacia el partido conservador formando parte del Gobierno. Ya lo dijo Romanones: “Vivir fuera del presupuesto es vivir en el error” y, además, en la calle no hay aire acondicionado.