La efervescencia y el exotismo tropical destacan en las dos novedades gastronómicas de la capital. ¡Y con mucho acierto! Hoy os presentamos dos restaurantes recién inaugurados que están en boca de los paladares más sibaritas de Madrid. ¿Su valor añadido? Nos trasladan a escenarios cálidos y multicolores. Uno, al encanto de una mansión cubana de estilo colonial. El otro, al atractivo de lo selvático e indómito.

Habanera Madrid. Situado en pleno corazón de la ciudad de Madrid (calle Génova, 28) se acaba de inaugurar Habanera, la última creación del grupo Larrumba. Casi mil metros de estilo colonial que se desarrollan con la idea de ofrecer un espacio diferente, de desconexión. El resultado es un atractivo espacio que gira en torno a un patio inspirado en la arquitectura colonial cubana. En este patio de ocho metros de altura se reinterpretan las antiguas fachadas de La Habana mediante una malla metálica, una iluminación cálida y plantas cuajadas de flores que recrean el ambiente tropical de la capital cubana. Las maderas, las telas con estampados vivos, una acertada iluminación y una exuberante vegetación, generan un espacio luminoso donde interior y exterior se fusionan. En Habanera todo es alegre y colorista. Solo la visita al local ya merece la pena.

La oferta culinaria sigue la línea habitual de los otros establecimientos del grupo: platos correctos y una buena relación calidad-precio sin pretensiones.  Se puede disfrutar de la cocina mediterránea con la tortilla trufada con espuma de patata, los falsos nigiris de causa limeña con pulpo a la brasa y mayonesa de pimentón o los canelones de carrillera estofada al vino tinto con puré de boniato asado. La presencia de la gastronomía caribeña también aparece con guiños a los platos cubanos: se pude probar la ropa vieja, arroz cangri y chips de plátano macho, los saquitos de arroz a la cubana o las croquetas de ropa vieja “not fried”.

Los amantes de los brunchs de fin de semana están de enhorabuena: Habanera ofrece una buena opción para dos personas por 40 euros. Se trata de una deliciosa combinación de sabores dulces y salados servidos en un ambiente único.

Amazónico. Es la nueva aventura culinaria de los propietarios de los exitosos Paraguas, Ten con Ten y Ultramarinos Quintín. Se ubica en Jorge Juan 20, donde antaño triunfó Pan de Lujo. El restaurante abrió sus puertas hace apenas dos semanas y ya resulta muy complicado reservar.  Sirven platos que fusionan sabores de India, Argentina, sureste asiático, Tailandia, Perú y China, toda una intención multicultural. También cuenta con una excelente barra de sushi.  La puesta en escena es simplemente espectacular. El restaurante cuenta con varios salones y ambientaciones, incluida una barra para tomar unos cócteles a la entrada. Parece que te sumerges en una atmosfera húmeda, fresca y repleta de vegetación de la selva amazónica, pero con una ambientación exquisita y elegante. Tanto la cocina como la presentación de los platos es sofisticada. La carta incluye brasas y espetos para los pescados, horno tandori indio, parrilla argentina, carnes en rodizio brasileño y unos postres muy logrados. Las piñas se tuestan y las recubren de almíbar: resultan un bocado dulce imprescindible. La materia prima es de primerísima calidad y algunos platos que destacan son las ensaladas (originales y deliciosas), el pez limón (de repetir varias veces) y el wok de 20 verduras.

Los detalles son abrumadores: sillones de terciopelo, lámparas Art Decó, uniformes del equipo a juego con la decoración, vajilla y carta tropicales, cofres de madera coronados con felinos de bronce para depositar la cuenta…  En las próximas semanas Amazónico inaugurará un club de jazz en la planta inferior del establecimiento. En lo único que se advierte el escaso rodaje del restaurante es en la lentitud del servicio. Cuando resuelvan esta carencia Amazónico se convertirá en uno de los complejos gastronómicos indispensables de la capital.