Hagan apuestas, señores

29/04/2011

Maite Vázquez del Río.

Recuerdo que uno de los primeros titulares que Elena Salgado ofreció al sustituir a Pedro Solbes en el Ministerio de Economía y Hacienda, ya va para dos años, era que “España no llegará los cinco millones de parados”. Una frase  que parecía lejos de poderse alcanzar entonces y que ahora, como la mayoría han dado en precisar ya los “roza”.

En estos últimos días hemos asistido a un acoso por parte de algunos miembros del Gobierno (el de Trabajo y la de Economía, fundamentalmente) para insistirnos en aquella frase de “España no llegara a los cinco millones de parados”. Por los pelos. Pero resulta hasta ridícula puja de números y listones, cuando lo único cierto y real es que España tiene más de 4,91 millones de parados, más de 2 millones de ellos llevan dos años sin encontrar empleo, sigue aumentando el número de familias con todos sus miembros en el desempleo… en fin un panorama desolador.

¿Y qué se encuentran los parados después de su frustración? Que se emprendió una reforma laboral que de nada ha servido; que se necesita que la recuperación económica se produzca y día sí día también, la urgencia a atender es la presión a la que nos someten los mercados y, no es por los parados, es por la solvencia y credibilidad de nuestro sistema financiero, y unas reformas estructurales que se quedan a medio camino de la nada.

Son medidas aprobadas a manojos viernes tras viernes, para reactivar la economía, para fortalecer la recuperación, para ayudar… llenas de esperanza que se diluyen en buenas intenciones vacías y faltas de resultados. De aquel aprobado a bombo y platillo ASE (Acuerdo Social y Económico) con muchos temas vinculantes, solo recordamos que deberemos trabajar más años para jubilarnos. Y de la reforma laboral, esa que se aprobó pese a una huelga general, con la urgencia de crear empleo, lo único que nos queda es que se podrá despedir más barato a cualquiera.

Porque el problema de fondo es que la anterior reforma laboral, en este turno le tocó al PP, lo único que nos dejó fue el despido express, y así pese a las elevadas indemnizaciones y  sectores económicos que estallaron con los mil pedazos de las burbujas, nos llegan ahora estos lodos. Y para más INRI, empresas con beneficios van a despedir al 20% de su plantilla, y la alta dirección de entidades financieras y grandes sociedades se reparten suculentos bonos y primas por lo bien que lo están haciendo… Debe ser que las empresas ya no necesitan trabajadores y funcionan por si solas.

La política económica no funciona. La laboral tampoco. La financiera les va a la par. La monetaria nos viene de fuera… Y encima con las elecciones autonómicas y locales a tiro de suspiro, y las generales a la vuelta de la esquina, resulta vergonzoso ver la impotencia de los dirigentes políticos y sus apuestas de si se superará o no el listón de los cinco millones de parados. ¡Qué alivio no haberlo superado!, pensarán unos, los que apostaron, mientras desde la oposición les dicen que ha sido por poco… Esto no es serio, cuando de lo que se está hablando es del problema de muchos millones de ciudadanos, de más de cinco millones…

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