El copago catalán de los ordenadores en las escuelas puede extenderse por la crisis

30/04/2011

Joan Carles Valero. El sector de la informática de consumo teme que tras las elecciones autonómicas del próximo 22 de mayo las restricciones presupuestarias obliguen a los gobiernos que surjan de las urnas a replantearse las ayudas que ahora asumen de acuerdo con el plan Escuela 2.0.

El sector de la informática de consumo teme que tras las elecciones autonómicas del próximo 22 de mayo las restricciones presupuestarias obliguen a los gobiernos que surjan de las urnas a replantearse las ayudas que ahora asumen de acuerdo con el plan Escuela 2.0 impulsado por el Gobierno para la introducción de ordenadores en las aulas españolas. Hasta ahora, la mitad del coste de los “notebook” corría a cargo de los Presupuestos Generales del Estado, y el presidente Zapatero ya ha avanzado que no recortará gastos en este capítulo. La otra mitad del gasto era subvencionada por los gobiernos autonómicos, excepto en Cataluña, comunidad donde el anterior gobierno tripartito y de izquierdas introdujo la fórmula del copago entre los padres.

Los fabricantes de ordenadores consideran que los recortes del gasto público no pueden dejar a medias un proyecto, de forma que unos alumnos tengan ordenadores y otros no. Y señalan la solución del copago catalán como la menos mala en el caso de que las comunidades autónomas descarten incluir en sus presupuestos la subvención. De hecho, el curso comenzará el próximo mes de septiembre y ningún gobierno autónomo se ha pronunciado si continuará asumiendo su parte del proyecto Escuela 2.0.

Por primera vez en 25 años, la venta de portátiles cayó en 2010 en España un 6% a pesar del tirón de ventas que ha supuesto su introducción en las aulas de Primaria y Secundaria. Sólo en Cataluña, el sector ha vendido cien mil unidades durante el presente curso escolar. Aunque los márgenes son reducidos, tamaño volumen es importante para el sector.

España y Portugal han sido los primeros países de la Unión Europea en dotar de un ordenador a cada alumno. Portugal hizo la apuesta por la digitalización de las aulas hace cuatro años, cuando el presidente Sócrates y las operadoras TIC acordaron facilitar ordenadores a 150 euros. Mientras en Portugal el proceso se ha detenido ya en el presente curso escolar por la grave crisis que atraviesa el vecino país, en España el sector de la electrónica vive en la incertidumbre. Y es que los fabricantes quieren cuidar el filón de la enseñanza como sea. El sector acaricia la renovación de los equipos como el siguiente paso que los ordenadores se hayan convertido en una herramienta para los alumnos de quinto y sexto de Primaria, que fueron los que empezaron a ir a clase con portátiles. Pero eso es otro cantar, porque ahora de lo que se trata es de evitar que la crisis pueda crear dos niveles de enseñanza: los que tienen ordenador y los que sigan los métodos tradicionales.

Para los vendedores de ordenadores resulta prioritario continuar el plan Escuela 2.0 y renovarlos cuando éstos ya estén amortizados, sobre todo en las comunidades como la catalana, la andaluza o la aragonesa, que son pioneras en ese campo, mientras Madrid optó por no aceptar el plan, al igual que la Comunidad Valenciana. Para los fabricantes de portátiles, Andalucía es la región número uno y, junto a Cataluña, en el actual curso escolar comenzaron la fase productiva y efectiva de las aulas digitalizadas. Hasta hace poco, los alumnos tenían los ordenadores y los profesores también empezaban a familiarizarse a introducir las máquinas en la enseñanza.

Ahora, tras la fase de introducción y aprendizaje, los expertos indican que la curva de la experiencia puede empezar a dar resultados, si la crisis no frena el proyecto. Máxime, cuando en el presente curso se ha implementado también la digitalización de los libros de texto y ya se ha dotado de conectividad a los centros. En Castilla La Mancha, por ejemplo empezaron en 2009 informatizando a los profesores y este curso les tocó a los alumnos.

Algunas comunidades, como la catalana, comenzaron este curso con centros de enseñanza sin acceso a la banda ancha. Muchos fueron quienes criticaron que el plan gubernamental de dotar de ordenadores a los alumnos no era más que un brindis al sol, al no disponer previamente de las necesarias infraestructuras de acceso. El sector de la informática, sin embargo, excusa que siempre que se depende de terceros (las operadoras) no se controlan los tiempos. Cataluña quería ser líder en informatizar la enseñanza, pero la Generalitat no invirtió en dotar de redes a los colegios, mientras otras comunidades sí lo hicieron gracias a fondos europeos.

Pocos son quienes dudan de la ayuda que supone la herramienta informática en las aulas. Un estudio de Toshiba y LaSalle concluye que los ordenadores arrojan una terrible mejora de la productividad para los profesores, al facilitar las presentaciones y ahorrar un 50% en el tiempo dedicado a las tareas administrativas y, por ejemplo, en fotocopias. En cuanto al alumno, el nivel de atención es superior en un aula digital, ya que puede conectar su ordenador a la pizarra digital e interactuar más. En el estudio se comprobó que los alumnos con ordenadores mejoraban un 30% sus notas. Como España está a la cola en calificaciones académicas entre los países de la OCDE, tenemos que invertir más para mejorar la productividad. Y la mejora del rendimiento académico redundará en más productividad. Es una simple relación de causa y efecto, dicen los expertos. Cuando los profesores dispongan de más tiempo podrán mejorar su formación y, en la medida que sean mejores docentes, educarán mejor a sus alumnos. Con permiso de los recortes presupuestarios.

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