El día del hijo

02/05/2011

diarioabierto.es.

Desde mi punto de vista no es mas madre quien te ha parido, sino quien lleva en la sangre y en las ganas la pasión y la constancia de quererte. Dicen que madre no hay mas que una, y es verdad. Solo hay una y es nuestra. Hay que cuidarlas y mimarlas y perdonar siempre sus errores, aceptar sus fracasos y quererlas tanto como ellas te quisieron, cuando aún no sabías dar ni tan siquiera dos pasos tú solo, o cuando balbuceabas palabras y no podías defenderte tú solo de nada.

A veces, una madre puede equivocarse con su hijo. Puede pensar que le está dando la mejor educación posible, pero a la vez, puede estar creando en él, una burbuja que le separará del mundo real en un futuro. Ése mundo al que cuando eres mayor, tienes que enfrentarte tú sin ayuda de nadie.

Igual que hay madres maravillosas, hay hijos maravillosos. Hay hijos que se sienten solos muchas veces sin decir nada. Hijos que se sienten incomprendidos y abandonados. Que lloran y añoran en ciertos momentos ese cariño que solo una madre puede darles. Esa comprensión. Que extrañan ese abrazo, esa aprobación, ese sentirse apoyados. Hijos que echan de menos ese amor de madre.

Porque pienso que una madre debe de apoyar a su hijo hasta el final. Porque a un hijo hay que quererlo tal cual es y apoyarle en las decisiones que tome, siempre y cuando esté siendo feliz. Una madre es muy importante en la vida de un hijo, es un pilar, es sangre de su sangre. Pero un hijo es la carne y la vida que se ha formado y crecido dentro del cuerpo que envuelve a esa madre, que con cariño dio vida dentro de su cuerpo. Es carne de su carne. Dolor de su dolor. Amor de su amor.

A veces madres e hijos se equivocan, y se enfadan y se distancian y creo que siempre tendría que existir una unión que hiciese imposible que la relación se quebrara. Que ningún hijo debería de sentirse solo. Y que ninguna madre, por el hecho de ser madre, de haber traído al mundo una vida nueva, debería de dejar que la unión se rompiese. No debería dejar que ese hijo llorase y se sintiese tan solo. Ni hundiese con lágrimas, la cara  en sus propias manos de hijo.

Es que hay ocasiones, en que las madres se olvidan de que los hijos, a pesar de tener 30 años necesitan un abrazo, un te quiero o un lo siento. Piensan que los hijos son los que siempre se equivocan, y se olvidan de que esos hijos, sangre de su sangre, tal vez tienen mucho que enseñarles y muchos abrazos que darles, a esas madres, que también, muchas veces se sienten incomprendidas y solas.

Tendría que ser por eso, el día de la madre y del hijo todos los días de esta vida.

Por ti, que eres sensible y pequeña. Que lo das todo, que siempre está ahí y que lloras a veces y yo no puedo hacer nada. Madre no hay mas que una, estoy de acuerdo. Pero hijas como tú tampoco hay mas.

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8 pensamientos en “El día del hijo

  1. Ciertamente, aparte de lo comercial del día, hay que reflexionar, como se hace en este artículo, sobre lo que significa ser madre, hijo y tener en cuenta que la vida siempre nos da golpes y que un pilar fundamental es la madre que nos parió! 🙂

  2. Como siempre muy acertado… Dibujas con tus palabras una pequeña pincelada de la vida cotidiana y diaria.
    Estoy segura que muchos hijos/as se enfadan a diario con sus madres porque se sienten incomprendidos, indefensos, impotentes y desamparados.
    Estoy de acuerdo que una madre es una madre, pero tampoco justifico que ciertas madres, por ser madres se autoadjudiquen el derecho de ser omnipresentes y con la potestad divina de tener razón totalitaria ante todos los quehaceres de la vida de su hijo.
    Ante todo somos personas, y patiendo de esta premisa, tenemos que respetarnos como tal, independientemente de la figura que nos corresponda a cada uno, si la de madre e hijo. Es decir, no por ser mi madre tienes derecho a controlarlo todo de mí, así como, a disponer siempre de la verdad absoluta (las madres también se equivocan). Y viceversa, no por ser hijo mi madre debe de ser siempre mi colchón antigolpes, ni mi salvadora del mundo. Debe de ser una relación de justa medida. Equilibrada, donde hay que saber cuando dar y recibir. La clave: la templanza y la equidad. Lo difícil: la práctica.

    Fantástico Susana.
    Saludos desde Barcelona.

  3. Querida Susana; un lunes mas nos traes un artículo para reflexionar y pensar. No soy padre todavía pero si hijo. Afirmo que es tarea complicada la de ser hijo y no fallar. Entre mi madre y yo ha existido un respeto mutuo desde los inicios de mi vida. A una madre se le perdona todo, hasta el dolor que te causa, puesto que con dolor te trae al mundo. Un abrazo.

  4. Buena idea esa del día de la madre y del hijo… Supongo que habrá casos para todos los gustos… y disgustos…

  5. Hola Jordi!! Ya sabía que hoy lunes te vería comentando una vez más a Susana. Hoy discrepo algo de ti…todo, todo, no se… En mi opinión todo es relativo, y en ocasiones las heridas del alma son díficiles de olvidar, independientemente de quien vengan. Es mi mera opinión simplemente.

    Saludos nuevamente desde la ciudad condal.

  6. Creo que ser una buena madre/padre/hijo/hija siempre será inherente a ser una buena persona. Pienso que todos deberíamos empezar por ahí, porque son nuestras miserias las que arrastramos a cualquier papel que desempeños en la vida. Pienso que la maternidad/paternidad no nos mantiene a salvo de nada. No nos da derecho a nada. Y que hay muchos que deberían comprenderlo.

  7. Ornella -un bonito nombre, por cierto- siempre acudo a mi cita semanal con Susana y sus letras. Las heridas son difíciles de olvidar, estoy de acuerdo, pero se pueden endulzar en vez de echar sal en ellas, para que no escuezan tanto ¿no estás de acuerdo?. Veo que tú también, estás aquí puntualmente como semanas atrás.
    Me considero compañero de comentarios tuyo desde ya. Un honor, creo que… señorita. Espero no equivocarme. Saludos, también, algo nublados.

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