Unos 15.000 vendimiadores, la mayor parte procedentes de Andalucía, viajarán a Francia desde mediados de agosto para participar en la vendimia. La estancia media se sitúa en unos 20 o 25 días, que puede prolongarse en algunos casos hasta más de 40 días. A cambio recibirán un jornal mínimo de 9,67 euros la hora. Y beneficios sociales, que, según advierte UGT, se esfumarán si el trabajador se contrata a través de ETT españolas.

Los primeros departamentos, los del sur, son los primeros en acoger a los 15.000 vendimiadores procedentes de España que este años acudirán a participar en la recogida de uva del país vecino. Le seguirán, a principios de septiembre, el resto de demarcaciones, que atraen a 11.000 cosechadores de Andalucía; 1.150 de la Comunidad Valenciana; 650 de Murcia; 500 de Castilla-La Mancha; y 1.700 del resto de comunidades autónomas españolas.

El salario dependerá de la categoría profesional en que queden encuadrados los vendimiadores: ya sea cortador, ya sea vaciador o porteador. Aunque el salario también depende del departamento, y de las comisiones mixtas – el equivalente al convenio español – que englobe la zona, el sindicato recuerda que su cuantía no podrá ser inferior en ningún caso al salario mínimo interprofesional de crecimiento (el SMIC), fijado en 9,67 euros la hora.

Además, la jornada laboral en el país galo es de 35 horas semanales. Por tanto, todas las horas que sobrepasen ese nivel se cobran como extraordinarias; es decir, entre el 25% y el 50% más que el salario normal.

Aunque el salario mínimo se sitúa en unos 1.500 euros, fuentes consultadas advierten que es fácil superar holgadamente esa cantidad en función de la categoría profesional del vendimiador, las horas extras y el convenio de referencia.

No con las ETT

El sindicato aconseja a los trabajadores españoles que “no se fíen” de las falsas promesas de trabajo, y que eviten viajar al país vecino sin haber firmado previamente el contrato en origen. “En caso contrario corren el riesgo de no ser contratados una vez hayan llegado a Francia por estar todas las plazas ocupadas”, afirma Pedro Hojas, responsable de la rama en UGT. “Incluso puede que acaben trabajando sin los derechos ni las condiciones laborales y legales mínimas”, apostilla.

Además de dejar resuelto en España el asunto del alojamiento y el transporte, UGT desaconseja además contratarse a través de las llamadas ETT, las empresas de trabajo temporal. “Perderán la posibilidad de generar derechos sociolabores en Francia”, advierte el sindicalista español.

Si se cotiza en Francia, el vendimiador tiene derecho a prestaciones familiares; por ejemplo, si se trabaja al menos 18 días al mes (120 horas; o 200 horas al trimestre), se pueden pedir subsidios familiares, siempre que se tengan dos o más hijos menores de 20 años a cargo que no trabajen, o un solo hijo menor de tres años; o que reciban una remuneración inferior al 55% del salario mínimo interprofesional.

La tipología del vendimiador español ha variado desde el inicio de la crisis, de forma que actualmente se desplazan más jóvenes y con estudios universitarios que hace unos años, y más hombres que mujeres (un 58% más de varones), añade la secretaria de Migración, Lucía García Quismondo.

El sindicato tiene habilitado un teléfono gratuito 900 382 848 para informar y orientar al migrante español en Francia.