En este congreso, que reunió a 44 asociaciones en representación de 5.154 asociados de diferentes oficios – las llamadas ‘sociedades de resistencia’ –, se sentaron las bases para la creación de un sindicato de ámbito estatal, dirigido a defender los intereses de la clase obrera.

La intención de los asistentes al Congreso Obrero celebrado entre el 12 y el 14 de agosto de 1888 era crear una organización nacional capaz de organizar la resistencia de los obreros y mejorar las condiciones de trabajo.

Las reivindicaciones de estos sindicalistas de finales del XIX se centraban en la jornada de ocho horas, la fijación de un salario mínimo, la igualdad de salarios para los obreros de uno y otro sexo; y contaban para ello con herramientas como la huelga organizada y la presión para arrancar de las Administraciones Públicas la promulgación de las leyes necesarias para convertir estos objetivos en realizad. Un objetivo que se logró durante la II República.

Profunda transformación

El sindicato, que ha renovado este año su dirección en el transcurso de un Congreso Confederal, el número 42, y después de un largo largo mandato de su anterior secretario general Cándido Méndez, es hoy la segunda fuerza sindical por número de delegados y un actor importante en la vida pública española.

Este 128º aniversario se celebra tras el 42º Congreso Confederal de la organización, que dio el liderazgo a Pepe Álvarez, y en el que la central ha aprovechado para adecuar su estructura territorial y sectorial a la constante transformación del modelo social, político y económico de nuestro país.

Entre los cambios más destacados sobresale la reducción de federaciones, y la adecuación de la estructura del sindicato a un entorno caracterizado por la carestía de medios económicos para llevar a cabo su labor.