Mearse en la procesión

04/05/2011

diarioabierto.es.

He dudado durante días escribir sobre este asunto en mi diario. Me he decidido porque pienso que lo que a un cargo público le ocurre lo deben conocer sus administrados. El tema, además de escatológico puede molestar a los creyentes, porque los creyentes suelen molestarse por todo. Pero vamos al hecho.

Menos mal que por primera vez hice caso a mi mujer y a otras mujeres que no son la mía y me dediqué a entrenarme para salir de nazareno. Que ya tiene narices ensayar durante meses para hacer lo mismo que todos los años. Cuando uno lo ve desde fuera es muy bonito pero, cuando uno se pasa horas haciendo pasito para adelante, parón, pasito para adelante, cansa. Y, además, para poder ver lo que hay a tu alrededor tienes que estar todo el rato tirando del antifaz para que se te pegue a la cara.

Y menos mal que he hecho caso (en esta ocasión a un amigo mío) y no me bebí cuatro cervezas antes de salir. Pero dio igual. Cuando la vejiga aprieta date por apurado.

La Cofradía ha estado muy renombrada y en boca de todos por un nazareno que la gente pensaba que tenía espasmos. Salió incluso en los periódicos.

Creo que ese era yo. Pero me movía porque me meaba. Me meaba en grande en un tramo donde no había ningún bar ni parque. Así que tuve que empezar a moverme con mi ritmo alrededor del cirio. Eso fue al principio. Luego vinieron los saltitos y luego los botes. Al final fueron botes más altos que los que dan los Masai y terminaron con carreras entre todos los tramos de nazarenos. Eso si, la gente que se agolpaba en las calles y que el resto del año siguen siendo excelentes cristianos porque cumplen con sus obligaciones religiosas, aplaudían.

La solución fue sencilla: dejar que el líquido fluyera poco a poco. Eso si, el reguero duro kilómetro y medio. Y lo jodido, por no decir complicado, es que cada ratito había que parar. Y claro, no se puede hacer charco porque canta mucho, se da cuenta el de atrás y para joderte te pone la túnica llena de cera. Porque todos somos buenos hasta que nos joden. Hay que entender que el de atrás había hecho promesa, iba descalzo y, por lo tanto, no le debía resultar muy agradable ir pisando «líquido» durante kilómetros.

Lo más importante: después de montar una pequeña confusión -para eso los políticos somos magistrales- antes de entrar en la Iglesia y que hubiera un movimiento de hermanos, me cambie de sitio. Maniobra de distracción ayudado por el anonimato que da el capirote.

Por lo tanto, y como es conveniente ante estas cuestiones, le pedí al Hermano Mayor que abra una investigación ante el comportamiento nada tolerable ni cristiano de uno de los hermanos que corría desaforado no se sabe porqué. Los políticos estamos para corregir errores y evidentemente me puse a su disposición para ayudar y solucionar problemas y esclarecer el suceso. Quiero que encuentren al que se meó en la procesión y le den su merecido. Lo pido porque nunca vi una comisión de investigación que empurase a un culpable.

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2 pensamientos en “Mearse en la procesión

  1. Como siempre, el concejal demuestra ser un jeta y un escapista consumado. En fin, esperemos que no se enteren el resto de cofrades ya que si no… se la van a líar parda. En cualquier caso no dejo de pensar en el cofrade que iba descalzo…

  2. el cofrade que pisaba el natural riego de un hermano de nada tiene que quejarse porque asi aumentaba el sacrificio ademas de pasar menos frio en los pies

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