Las verdades como puños de la EPA en Madrid

04/05/2011

diarioabierto.es.

La Encuesta de Población Activa (EPA) es un sistema homologado con Europa para medir las personas que trabajan, las que están paradas, las personas activas, es decir que trabajan o no trabajan pero quieren hacerlo (ocupados + parados= Población Activa) y mide también las personas inactivas. Las que no trabajan, ni buscan empleo, en la semana en que se elabora la encuesta.

El EPA es una estadística.  Se elabora con preguntas.  Si dices que trabajas apareces como trabajador.  Si ni trabajas ni buscas trabajo apareces como inactivo.  Si no tienes trabajo, y has buscado activamente trabajo en la semana en que se hace la encuesta, aparecerás como parado.  Pero si, aunque estés parado, no has buscado activamente empleo esa semana, aparecerás como inactivo.

Hay que aclarar estas cosas porque, si están claras, nuestras conclusiones sobre la EPA serán claras.  Si no, podemos ser presa de la fácil propaganda y de interpretaciones torticeras como las del Gobierno Regional madrileño, que considera un éxito que la EPA contabilice 19.900 parados menos en Madrid, con respecto al trimestre anterior.

Lo cierto y verdadero es que en Madrid hemos seguido perdiendo empleo.  A lo largo de este trimestre 36.800 puesto de trabajo menos.  Son ya más de 211.000 puestos de trabajo perdidos  desde que empezó la crisis.  Además 218.000 personas llevan más de un año en paro, el 42 por ciento de las personas desempleadas.

¿Cómo se explica que baje el paro mientras se producen más de 2.400 parados más en la construcción, o más de 7.000 en los servicios?  Porque la bajada del paro en Madrid se produce debido a que 25.700 personas, fundamentalmente jóvenes y mujeres, que buscaban su primer empleo, han caído en la desesperanza y el desánimo de poder encontrarlo y son ahora contabilizados como población inactiva.  Eso explica que habiendo 36.800 puestos de trabajo menos y 57.700 activos menos, hay 19.900 parados menos, que han pasado de ser considerados como inactivos.  También los inactivos, muchos de ellos parados que querrían tener empleo, pero sin éxito alguno, han crecido en 55.500 personas.

Venden como éxito madrileño, la desesperanza de los parados, la caída brutal del empleo neto, el descenso del número de activos y ocupados, o el aumento de las personas inactivas, es un auténtico despropósito.  Supone negar la descorazonadora realidad del paro y un ejercicio de autocomplacencia inadmisible.

Lejos de ello, el compromiso de la política con la ciudadanía, debería pasar por defender las empresas, la actividad económica y el empleo.  Proteger más y mejor a los parados.  Consolidar la protección social para evitar que la crisis produzca mayores fracturas sociales.  Explorar nuevas oportunidades de empleo.  Reestructurar nuestro modelo de crecimiento económico para salir de la economía centrada exclusivamente en lo inmobiliario, abordar un patrón de desarrollo sostenible, productivo y  más sólido que tenga su referencia en la innovación y calidad.

Estamos en tiempos electorales.  Vivimos duros momentos de crisis y paro que se prolongarán durante años y pesarán sobre nuestra economía, nuestro empleo y nuestra sociedad.  Necesitamos gobiernos que miren las necesidades de la ciudadanía, de los trabajadores y trabajadoras.  No es momento de apalancarse en la resignación, o la autocomplacencia.  Es la hora de compromisos ciertos para salvar el empleo y proteger a las personas.

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