Tras numerosas reuniones entre los expertos de CEOE-Cepyme y CCOO y UGT, este jueves los agentes sociales se reunirán al más alto nivel para que entre Juan Rosell (empresarios) e Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez (sindicatos) eliminen los últimos obstáculos que impiden cerrar el acuerdo de negociación colectiva. En el Gobierno se espera con cautela la resolución y, en esta ocasión, optan por no poner plazos para evitar interferencias, aunque el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, ha “dejado caer” que sería conveniente que el pacto se alcanzara antes de que se celebren las elecciones autonómicas y locales del próximo 22 de mayo.

Entre los obstáculos que los dirigentes empresariales y sindicales deberán limar se encuentra la polémica ultraactividad de los convenios, que según los empresarios debería poner “el contador a cero” al empezar a negociar un convenio, olvidando los anteriores avances en la nueva negociación. En este punto, hasta en Trabajo se está de acuerdo en que no se debería “poner a cero”, con lo que la postura de los sindicatos parece inamovible al contar con el respaldo gubernamental.

Los empresarios, de momento, más que en el contenido insisten en el plazo que se debe fijar para negociar un nuevo convenio. Propone para ello que haya margen de un año y que se empiece la negociación antes que finalice el que se debe sustituir. Sin embargo, los sindicatos consideran que quedarían desprotegidos los trabajadores, ya que hay muchos mecanismos por parte de los empresarios para dilatar en el tiempo las negociaciones cuando no está de acuerdo en alguna materia.

Otros de los problemas que parecían enconados parecen haberse despejado en las últimas semanas, como es en la denominada “flexibilidad temporal”, o las funciones de las comisiones paritarias o los sistemas de mediación y arbitraje en el caso de que las dos partes que negocian un convenio no se pongan de acuerdo.

Del encuentro de este jueves y estos últimos avances se desprende que el acuerdo en materia de negociación colectiva todavía es posible. Más aún cuando se comprueba que ambos sindicatos han convocado a su consejo confederale (CCOO) y comité confederal (UGT) para los próximos días 11 y 12 de mayo. Estos son los órganos que deben dar el visto bueno para que los líderes de cada sindicato plasmen su firma en el acuerdo. Por su parte, la CEOE tiene previsto celebrar su junta directiva el próximo 18 de mayo, una semana después. No obstante, desde las dos centrales sindicales se sigue insistiendo en que “no hay plazos” y que se reunirán con los empresarios cuantas veces sea necesario.

Antes de las elecciones

Ante estos últimos avances, en el Ministerio de Trabajo se muestran optimistas. Su titular, Valeriano Gómez, ha asegurado que quedan los “últimos coletazos” para firmar el acuerdo, sin descartar que éste se podría producir esta misma semana. Tal vez por la presencia de los líderes empresariales y sindicales en la negociación. En otras épocas, hay que recordar, que cuando José María Cuevas (CEOE), José María Fidalgo (CCOO) y Cándido Méndez (UGT) se reunían, normalmente, se cerraba el acuerdo sobre lo que se estuviera negociando, o se desbloqueaba la negociación.

Antes de las elecciones

Por este motivo, Gómez sin poner plazos, también ha hablado de “conveniencias” como es que dicho acuerdo esté cerrado antes de que se celebren las elecciones autonómicas y locales a fin de “no mezclarse” con el proceso electoral. En este sentido, ha dejado claro que el Gobierno no quiere sacar ventaja con este acuerdo, ya que el beneficio sería para “el conjunto de la sociedad”. Por este motivo, concretó que serán los propios interlocutores sociales los que hagan público en qué ha acabado la negociación.

Pese a los plazos puestos por el Gobierno (el acuerdo debería haber estado cerrado el pasado 18 de marzo), el ministro ha justificado la demora porque se han introducido nuevas materias en la negociación, como sería el caso del tratamiento que se va a dar al absentismo laboral o el papel que van a jugar las mutuas de accidentes laborales y enfermedades profesionales en el futuro, cuya gestión el Gobierno ha dado a principios de año a la CEOE, aunque con la supervisión sindical.

Según explicó en unas jornadas organizadas por la Asociación para el Progreso y la Dirección (APD), si el acuerdo incorpora una reforma de “suficiente calado” y se pone el énfasis en la figura de la mediación para evitar conflictos laborales, “habrá merecido la pena haber esperado”.

Gómez también espera que de este acuerdo se desprenda “mayor autonomía” para las partes y haya una reordenación de los ámbitos de negociación (estatal, provincial, sectorial y de empresa). En todo caso, y pese a que el Gobierno tenía preparada su propuesta por si no se produce el acuerdo, Gómez ha asegurado que si empresarios y sindicatos se ponen de acuerdo, el Ejecutivo no se plantea introducir ningún cambio.