No se dejó prácticamente nada en el tintero el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, en el Foro Nueva Economía. Presentado por el presidente de Mutua Madrileña, Ignacio Garralda, como una persona «clave en la negociación de la alianza» entre las dos entidades, que cumple 5 años, Gortázar abre fuego con sinceridad: «no es fácil recuperar la confianza de la sociedad en la banca». Por lo que cree que los bancos deben hacer esfuerzos para «recuperar su papel y su percepción en la sociedad».

El CEO de CaixaBank cree que «una reputación deteriorada no es compatible con la sostenibilidad del negocio a largo plazo» y que «la sociedad necesita entidades financieras sanas, respetables y en las que se pueda confiar«. Pero también subraya que, mientras «algunas entidades han costado mucho dinero al contribuyente», CaixaBank, no sólo no ha recibido ayudas públicas, sino que ha aportado 3.900 millones de euros (Fondo de Garantía de Depósítos, Fondo Único de Resolución, devolución de ayudas de Banca Cívica, Sareb, integración de 8 entidades) a la solución de la crisis.

Gortázar se sincera: «me cuesta mucho aceptar que conviva una mala reputación de la banca con lo que está haciendo la Fundación La Caixa y todo el grupo, que es un ejercicio de la actividad financiera de una forma particularmente responsable«. «No es justo», se lamenta. Enfatiza que la Fundación Bancaria La Caixa ha mantenido durante toda la crisis un presupuesto anual de 500 millones de euros, el mayor de una entidad financiera en el mundo, que han servido para atender a 60.000 niños en situación de pobreza, facilitar 110.000 inserciones laborales con el programa Incorpora, entre otras actividades.

Destaca que MicroBank, la entidad especializada en microcréditos, ha facilitado 515.000, ayudando a crear 155.000 puestos de trabajo. Y la prioridad que, como «banco con vocación social», da CaixaBank a la inclusión financiera, con la mayor red de sucursales en España y presencia en el 93% de los municipios de más de 5.000 habitantes.

Desafío de la rentabilidad

Junto a la reputación, el consejero delegado de CaixaBank señala otros dos «grandes desafíos» para la banca: la regulación y la rentabilidad. Sobre la primera, reclama «un período de cierta estabilidad regulatoria que reduzca la incertidumbre y promueva una simplificación del marco vigente», tras «8 años de modificaciones sustanciales».

Sobre la rentabilidad, Gortázar reconoce que la recuperación económica, que genera una reducción de la morosidad, no está incrementando los volúmenes de negocio, sino todo lo contrario. En ese contexto, es «obvio» que los bancos cobren por los servicios que prestan.

La estrategia de CaixaBank para incrementar su rentabilidad pasa por la vinculación de los clientes, la digitalización de los servicios, una amplia oferta de productos y servicios, y «en un momento en el que la banca tradicional no es rentable, es imprescindible contar con otras actividades que sí lo son, como los seguros, los fondos de inversión o las tarjetas de crédito». Esas actividades aportan 5,5 puntos a la rentabilidad del negocio bancario de CaixaBank, que es del 10%.

BPI, paciencia

Sobre el caso BPI, pendiente de la junta general extraordinaria de accionistas del 21 de septiembre (tras dos aplazamientos), Gortázar reitera que CaixaBank tendrá «toda la paciencia para buscar la mejor solución». Reitera que la toma de control de la entidad portuguesa, de la que es el mayor accionista, pasa por la supresión de la limitación del derecho de voto, «no tiene sentifdo», y que «no vamos a subir el precio ofrecido por la OPA». Declina comentar las especulaciones sobre una intervención del Banco Central Europeo para ‘desatascar’ el asunto, aunque reconoce que «los rumores indican».

Cree que la banca vivirá a medio plazo otro proceso de consolidación, «pero de momento, no encuentro detonante ni necesidad acuciante para ello». «En un entorno de baja rentabilidad, una respuesta lógica es la consolidación, y habrá algunas entidades que verán comprometida su viabilidad y se plantearán si continuar en solitario o fusionarse».

Sobre las fusiones transfronterizas, afirma que se lleva hablando de ellas desde la introducción del euro, «tiene sentido pensar que estas operaciones se produzcan en algún momento, pero tengo la sensación de que es algo que no acaba de llegar, me cuesta ver un movimiento generalizado de este tipo, por lo que creo que habrá más actividad doméstica que transfronteriza».

El consejero delegado de CaixaBank no rehúye las cuestiones ‘políticas’. Sobre la ausencia de Gobierno, «es difícil medir su impacto, pero desde luego no ayuda, habría más inversión y más crecimiento económico con él». Sobre el conflicto soberanista, cree que «falta diálogo para llegar a un gran acuerdo que beneficie a Cataluña y a España, y que mantenga la cohesión social y la seguridad jurídica».