Los malos augurios se han cumplido. La economía española mantiene un débil ritmo de crecimiento en el primer trimestre del año y eso hace cada vez más difícil que se alcancen las previsiones del Gobierno para el conjunto el año.

Efectivamente, el producto interior bruto aumentó un 0,2% en el primer trimestre del año, lo mismo que lo había hecho en el trimestre anterior. El tirón el sector exterior de la economía, las exportaciones y el turismo, ha vuelto a ser el motor de la activad. Por el contrario la demanda interna sigue mostrando ritmos negativos de variación. El sector exterior proporcionó 1,4 puntos de crecimiento económico.

La cifra se esperaba. La mala evolución del empleo a lo largo del primer trimestre del año, con un crecimiento del desempleo peor que el de un año antes, mostraba a las claras que el consumo de los particulares no podía ir evolucionado de manera positiva.

La subida de impuestos y de los tipos de interés, el euribor empezó su escalada antes de que el Banco Central Europeo elevara el precio oficial del dinero, retrajo una parte importante de la renta disponible de los hogares. A ello había que sumar la congelación de la mayor parte de las pensiones y el mantenimiento de la moderación salarial en la renegociación de convenios que se ha llevado a cabo. La tasa de ahorro de los españoles, que ya descendió el año pasado, lo viene haciendo en el actual pero no porque se dedique una mayor cantidad de dinero a consumo sino porque la renta bruta disponible tiende a ser menor.

La alta inflación, el 3,6% al finalizar el primer trimestre y el 3,8% a finales de abril según el dato adelantado del INE, también explica en parte el menor consumo privado. El sector público, por su parte, ha reducido de forma drástica sus gastos dentro del esfuerzo de ajuste para reducir el déficit público dentro del programa negociado con Bruselas hasta el 6% el PIB.

El Banco de España señala que «dentro de la demanda nacional, la moderada recuperación del consumo de los hogares y el incremento de la inversión en equipo contrarrestaron parcialmente el retroceso de los componentes públicos del gasto, afectados por los planes de austeridad en marcha, y el descenso de la inversión residencial». Igualmente, todas las ramas productivas no agrarias, excepto la construcción, mostraron ritmos de crecimiento moderadamente positivos, destacando, en particular, el repunte de la actividad industrial.

Con estos datos el crecimiento interanual se ha elevado una décima, hasta el 0,7% del PIB, cifra alejada del 1,3% previsto por el Gobierno para el conjunto el año, y que mantiene inalterado a pesar de la revisión efectuada tras la subida de los tipos de interés por parte del BCE, y muy cercana al consenso de los analistas independientes que cifran la variación del crecimiento económico en torno a las ocho décimas para el conjunto del año.

Para cumplirse las previsiones del Ejecutivo sería necesario que en este segundo trimestre se produjera una fuerte aceleración de la actividad y que el sector exterior siguiera aportando unas cifras de crecimiento tan fuertes como las actuales. Aun con todo eso, parece difícil que se recupere el consumo privado en los niveles que sería necesario.