Cristóbal Colón, españolista centralista opresor

27/09/2016

Joaquín Pérez Azaústre.

El rostro de Colón erigido en el tiempo con su brazo extendido, sacudiendo el oriente de las Indias posibles, el dedo de Colón como símbolo ingrávido del españolismo centralista opresor, con su fuste batiente en su verdad dormida. Cristóbal Colón, como todo el mundo sabe y más aún en la CUP, fue un españolista de tomo y lomo que extendió el imperialismo del PP por las tierras de América, antes incluso de que se llamaran así y constituyeran, apenas, el sesgo neblinoso de unos pergaminos encontrados a tientas, cuando el fantasma de Las Indias serpenteaba en los ojos codiciosos del aventurero. Algo hay de aventurero, siempre, en todo colonialismo, en toda esa opresión cercenadora del buen salvaje y su relato más o menos telúrico, encadenado con una realidad de explotación bestial y trata de cuerpos, hasta el exterminio de una raza del que fue testigo fray Bartolomé de las Casas. Por eso la CUP, o mejor dicho, sus tres concejales en el Ayuntamiento de Barcelona, llevaran al pleno del viernes una proposición para amputar la escultura de Cristóbal Colón del retrato celeste sobre el Puerto de Barcelona, para someterlo a votación con motivo de la celebración del 12 de octubre: se pedirá, también –no podía ser de otro modo- la retirada de banderas españolas y los otros símbolos monárquicos de los edificios municipales. A cambio, en el sitio de Colón, que apunta a América con el dedo, la CUP propone ubicar un monumento que simbolice la resistencia indígena “contra el imperialismo, la opresión y la segregación indígena (y afroamericana)”. Pobre Colón, con el final que tuvo, al que ya no le queda ni su fuste de tiempo, ni su tensión de fiebre adormecida.

Estos tres concejales de la CUP parecen empeñados en demostrar, una vez más, que cierta parte de Cataluña es más española que la propia España, porque nada hay más español que esta capacidad ultraterrena, de historicidad cíclica y cansancio epidérmico, para encontrar motivos de confrontación donde no los hay, o donde los hubo, para remozarlos y actualizar, de nuevo, el olor de la sangre. Así, la proposición considera que el 12 de octubre, “fecha de la llegada de Cristóbal Colón a las costas americanas, representa un acto intolerable de enaltecimiento del colonialismo y el imperialismo”, además de hablar del “genocidio de la población indígena americana por parte de los colonizadores-conquistadores, y un acto de nacionalismo español agresivo contra todos los pueblos que oprime y ha oprimido”. Hombre, pues sí. Pero no. Porque falta en este enjuiciamiento delirante a Cristóbal Colón –que, como máximo, estimuló la búsqueda y efectuó el descubrimiento, pero poco más, en términos de reconstrucción histórica- la perspectiva, precisamente, del tiempo, es decir: no aplicar continuamente juicios sobre la historia, desde una perspectiva moral que no era la vigente, ni de lejos, en 1492.

Básicamente, la idea es tan absurda como si ahora el Ayuntamiento de Granada decidiera nombrar matrimonio non grato a los Reyes Católicos, por haber incumplido las Capitulaciones de Santa Fe. Algo que, por cierto, estaría que el mismo nivel desquiciante de paranoia y paja histórica mental, pero que resultaría gratis, más o menos, a los ciudadanos de Granada; al contrario de lo que supondría, de salir adelante, la retirada del complejo escultórico de Cristóbal Colón al final de Las Ramblas. Pero adelante: porque como no tenemos suficientes frentes abiertos, como la política nacional –y la soberanista, secesionista o independentista- es próspera y suave, animemos un poco este cotarro, echémosle gasolina, convirtiendo la historia en el conflicto de hoy. Colón, mientras, nos mira, desde su lejanía, mientras comprende que España sigue viva.

¿Te ha parecido interesante?

(+1 puntos, 1 votos)

Cargando...

Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.