Off, la comedia escrita y dirigida por Marcos Fernández Alonso, autor de Papa y el resto y, junto a María Segalerva – intérprete junto al propio Alonso en esta Off– codirector de la sala Nueve Norte (una pequeña sala de teatro en la capital), abrió este domingo su temporada en el Lara, donde permanecerá hasta el 18 de diciembre.

La obra, que destaca por sus hermosas escenas de ‘teatro dentro del teatro’, su brillantísimo final y sus ágiles transiciones entre escenas, comienza con una conversación telefónica. Su protagonista, Daniel, interpretado por Antonio Romero, conversa con su mujer, una actriz de éxito que ha ido a Londres a rodar una película. En la conversación, Daniel – un profesor de instituto sin vocación – se lamenta de su suerte. Ha abandonado la vocación de actor y malvive dando clases de Literatura sin lograr que los estudiantes se interesen por sus lecciones.

Animado por su mujer, Daniel acude a una prueba. Y acaba ingresando en una delirante compañía embarcada en el montaje de una versión “moderna” de Eloísa está debajo de un almendro, el clásico de Jardiel Poncela.

Al frente de esta compañía se sitúa Emilio, el director del montaje, interpretado por el propio Alonso. Bajo su batuta, Daniel se verá envuelto en un torbellino de situaciones que se suceden ante los ojos del público con hermosas transiciones entre unas escenas y otras.

Dicho esto, cabe apuntar que la obra muestra algunas debilidades en el capítulo interpretativo. En particular, el protagonista, Antonio Romero, muestra una excesiva tensión a lo largo de la obra, con una proyección de la voz excesiva para una sala tan pequeña, y le vendría bien bajar un par de marchas. Y lo mismo cabe decir de Mónica Caballero, su mujer en la ficción.

En cambio, en el caso de Segalerva y de Alonso, el espectador echa en falta algunos detalles en el dibujo de sus personajes, más libertad y concreción a la hora de imaginar sus comportamientos y actitudes. Finalmente, la joven Isabel Moreno supone una revelación y su encanto permite vislumbrar a una magnífica intérprete cuando la joven se adueñe de todas sus armas.

Finalmente reiterar los aciertos del texto, en especial cuando la obra gira en torno al teatro. En este apartado, Alonso muestra buen oído y una gran sensibilidad, que tiene su reflejo, por ejemplo, en la escena de un ensayo repetido en unas circunstancias muy distintas, y que, asemejándose a un ejercicio de interpretación, ofrece magníficos resultados en la representación.

Por si fuera poco, Alonso muestra su habilidad como autor al construir un acertadísimo final. Un brillante cierre que levantó una ovación entre el público que llenaba la pequeña sala del Lara el pasado domingo.

Muy recomendable.