Tras corregir en conjunto cerca de un 80% desde 2007,  Metrovacesa, Renta Corporación, Realia, Reyal, Quabit y Colonial, han logrado contener algo el duro castigo acumulado en los parqués.  En el último mes estas firmas registran pérdidas ligeras de valor o incluso alguna, como Renta Corporación, anota tímidas ganancias. ¿Será que todo lo que baja, sube, y viceversa? Puede ser una razón que explique la evolución del ramo, pero también  habría que tener en cuenta  que casi todas estas empresas han logrado cerrar  en los últimos meses acuerdos de refinanciación de su enorme deuda y que sus capitalizaciones son ya realmente bajas.  El papel que queda se resiste más que antes a vender.

Estas compañías contaban con una capitalización en el mercado continuo de 22.000 millones en junio de 2007. A partir de ahí, todo ha sido castigo bursátil e incluso algunas firmas de relieve  como Nozar o Hábitat han pasado a mejor vida. Desde 2007, año en el que el ladrillo español vivió su máximo esplendor, los balances de las compañías del sector han sufrido un desplome de ventas y pérdidas multimillonarias.  Por ejemplo, en 2010 destacan los enormes números rojos registrados por Colonial, Martina-Fadesa, Reyal y Quabit.  Esa pesada losa, derivada del alto endeudamiento alcanzado en los años de bonanza, ha provocado grandes apuros en este sector a lo largo de los últimos ejercicios.

Y aunque la demanda no remonta, ni tiene visos de que vaya a hacerlo a corto plazo, como acaba de afirmar en su último informe sectorial Standard & Poors, la coyuntura financiera de este sector ha virado hacia mares más calmados. Metrovacesa o Grupo Pinar han sido las últimas en llegar a un acuerdo con sus acreedores. Con anterioridad otras grandes del sector como Reyal Urbis o Colonial también han conseguido acuerdos con sus acreedores, mientras que Renta Corporación, que pretende conseguir la luz verde próximamente, sigue negociando. Martinsa Fadesa, por su parte, lograba superar el concurso de acreedores -como también hicieron Llanera o Habitat– a principios de marzo.

Con este balón de oxígenos en la cartera, el duro saneamiento realizado y las fuertes caídas de valor acumuladas en el mercado, no es extraño que su evolución bursátil pueda estar cerca de tocas fondo. Los analistas, eso sí, se curan en salud y de momento no hay recomendaciones de compra encima de la mesa. Han sido años muy duros y persiste demasiada incertidumbre como para considerar que alguno de estos valores puede ser una ganga a la hora de tomar posiciones. Mejor esperar y ver.