Las Bolsas europeas siguen sin capacidad de reacción. Han encontrado en el miedo a Trump una estupenda excusa para tapar sus carencias, pero es solo una verdad a medias.

El resto de la verdad hay que buscarlo en una temporada de resultados muy mediocre. O en una incapacidad absoluta de desligarse de lo que ocurre en Wall Street. O un movimiento lateral eterno, muy anterior a que en Wall Street comenzaran a aparecer los cisnes negros.

Luego es fácil ir por ahí culpando a las encuestas que hablan de que Trump podría ganar las elecciones del martes. Todo con tal de no hacer autocrítica, de no entonar el ‘mea culpa’.

Vemos en el gráfico superior al Ibex, que ha llegado ya a su directriz alcista, y en el inferior al Eurostoxx, que no ha logrado frenarse ante la media de 200 sesiones. En términos semanales las pérdidas de ambos índices superan el 4%, cuando en Wall Street el S&P 500 no llega al 3% sin contar la sesión de hoy. ¿Es Trump? No me hagan reir.

Hace ya mucho tiempo que se acabaron las excusas aplicables al mercado europeo. Lo ha tenido todo a favor, incluso la debilidad del euro, para remontar y dar una alegría a lños inversores, pero no.

La pusilanimidad del BCE, el Brexit o las discrepancias de base sobre el futiuro de Europa entre Alemania y el resto cuentan lo suyo. ¿Por qué nadie habla del pavor que existe a que Renzi pierda el referendum que ha convocado en Italia para reformar la Constitución? Pues eso también cuenta, y cuenta en contra.

Europa sigue siendo un proyecto a medio hacer que más parece encaminarse hacia el colapso que hacia el refuerzo de la Unión y.en lo que se refiere a perspectivas económicas, vive sentada encima de una bomba de relojería llamada Italia y de una granada de espoleta retardada llamada Francia.

Luego miran a Grecia, España o Portugal, culpan a Trump o a quien se ponga por delante, pero hay razones de fondo y de peso para que las Bolsas europeas no levanten cabeza. Solo una valancha de dinero puede salvar la situación, pero el dinero necesita confianza y Europa, seamos serios, no invita a la confianza.

Al cierre, el Dax perdió un 0,65%, el Ibex un 0,99%, el CAC un 0,78% y el Eurostoxx un 0,64%.