BBVA mantiene la previsión de crecimiento en 2011 y rebaja la de 2012

11/05/2011

Salvador Arancibia. La economía española crecerá en este año nueve décimas, según el servicio de estudios del BBVA, manteniendo su previsión anterior, a pesar de la subida del precio del petróleo, la subida de los tipos de interés y los problemas de la crisis de la deuda soberana europea. El banco reduce en tres décimas, hasta el 1,6%, su previsión para 2012.

Los problemas a los que se enfrenta la economía española son conocidos por todos: alto déficit público, elevado volumen de paro, debilidad del consumo de empresas y familias…, y todos ellos van a hacer que la economía española, según el BBVA, crezca nueve décimas en este ejercicio, tres menos que la previsión del Gobierno, y a pesar de algunas nubes grises que se ciernen sobre el país pero que no son suficientemente negras como para rebajar la previsión de este año, sí lo harán en el próximo.

Los elevados precios del petróleo, que van a seguir altos aunque tenderán a ajustarse, la mayor inflación por esta causa y por la subida de las demás materias primas, y los tipos de interés más altos –el BBVA espera que el BCE los coloque en el 2% en abril de 2012- influyen negativamente pero sus efectos serán escasos.

El banco considera que en el primer semestre de este año el ritmo de crecimiento interanual se va a mantener en torno al 0,7% y que se acelerará hasta el 1%, o incluso algo más, en la segunda parte del año por lo que será a final de año cuando la economía empiece a crear empleo neto, pero de manera insuficiente para compensar el empleo destruido hasta junio. En el próximo año si habrá una creación neta de empleo, superior al aumento de la población activa, por lo que se estima que la tasa de paro bajará en cuatro décimas.

El BBVA cree que este año será el último en el que la inversión en construcción y vivienda siga presentando ritmos negativos de variación y que en 2012, aunque modestos, presentará perfiles positivos de crecimiento.

El patrón de crecimiento va a ser bastante distinto en este año frente al siguiente ya que en el ejercicio actual será la demanda externa la que aporte todo el crecimiento global y compense una caída de nueve décimas de la demanda interna, mientras que en 2012, la demanda nacional presentará un ritmo de crecimiento de un punto y el sector exterior solo aportará seis décimas al global.

Aunque el banco prevé un menor crecimiento económico en 2011 que el Gobierno, si considera que el objetivo de reducción del déficit público hasta el 6% es factible por dos motivos: porque los ingresos, en lo que va a de año, se están comportando mejor de lo previsto y por lo tanto parece que puede haber un cierto colchón por esa vía; y porque entienden que, si se produjera una desviación en el objetivo de reducción del déficit, las administraciones públicas tienen capacidad discrecional para reducir gastos o elevar ingresos que se pondrían en marcha si fuera necesario.

Para los técnicos del BBVA el anuncio del gobierno de Cataluña de que no va a cumplir el objetivo de déficit previsto para este año, y la posibilidad de que después del 22 de mayo en otras comunidades autónomas pase algo similar, no debe considerarse todavía. “Una cosa son las declaraciones y otra la realidad”, señalan, añadiendo que el Consejo de Política Fiscal y Financiera es un organismo que existe para limar las diferencias entre el Gobierno central y las comunidades autónomas. No obstante, reconocen que no tienen ningún dato sobre la ejecución presupuestaria de las comunidades autónomas en lo que va de año.

Según sus cálculos, el BBVA entiende que la prima de riesgo de la deuda española que en la actualidad está en torno a los 220 puntos básicos debería reducirse hasta un nivel inferior a los 150, lo que repercutiría muy favorablemente sobre las perspectivas de la economía española. Y para ello entienden que debe mantenerse el rigor fiscal; llevarse a cabo cuanto antes la reestructuración del sistema financiero español “con la entrada de capital privado en las entidades que lo requieran”, y finalmente acometer con decisión la puesta en marcha de las reformas necesarias, especialmente en el terreno laboral.

En este terreno destacan que hay que modificar el mecanismo de determinación salarial porque es inadecuado mantener la revisión sobre el IPC y cambiar la negociación colectiva suprimiendo el principio de eficacia general automática de los convenios de ámbito superior a la empresa, restringir la ultra actividad y permitir la generalización de las cláusulas de descuelgue de las empresas.

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