En algún lugar he leído que el programa económico de Trump tiene muchos puntos en común con el de los fascismos europeos de los años 30. Y a las primeras de cambio empezamos a ver reacciones realmente preocupantes, muy de entonces, en un mercado que empieza a separar a los buenos de los malos.

De la sesión de hoy se puede sacar la nada desdeñable conclusión de que todos creen a pies juntillas que las empresas americanas de bandera, esas que representan a Estados Unidos por allí donde van, las industrias de toda la vida que están en todas partes pero mantienen buena parte de su producción en el territorio patrio, ésas van a poder vivir con Trump sin apreturas de ningún tipo.

Pero, al tiempo, la conclusión contraria empieza a ser preocupante. El dictamen del mercado nos habla de una retirada masiva de empresas tecnológicas de esas que diseñan en Estados Unidos y fabrican en China. ¿Les suena? Vamos, medio Nasdaq o más. Los grandes del mercado tecnológico han sido atacados hoy sin piedad por los ¿nuevos conversos? al paradigma del nacional-proteccionismo.

Vean estos gráficos y aprecien la ‘sutil’ diferencia entre uno y otro:

La noche y el día, el blanco y el negro, el cielo y el infierno. Eso más o menos viene a ser estos gráficos.

Ya avanzó ayer el Nasdaq que le costaba más ganar terreno y el Nasdaq 100 fue el menos buenos de todos los índices que seguimos en Estados Unidos.Pero lo que hoy clama al cielo. A lo mejor yo soy muy burro, pero Apple (-2,79%), Amazon (-3,82%) o Qualcom (-2,3%) han sido señaladas con el dedo. Como otras muchas, no vayan a creer.

Con lo que me había costado a mí entender eso de las ventajas de la globalización y resulta que ahora me cambian de paradigma porque cambian de presidente de los Estados Unidos…

Al cierre, el Dow Jones ganó un 1,17%, el S&P 500 un 0,20%, el Nasdaq 100 perdió un 1,62%, el Nasdaq Composite se dejó un 0,80%, el Nyse Composite avanzó un 0,38% y el Russell 2000 sumó un 1,58%.