El ¡Eureka! lo encontró Lara Jiménez en un mesón, cuando contempló cómo se engañaba a unos clientes extranjeros con lo que el encargado llamó “un plato de jamón de pata negra” a un precio astronómico. “Me encanta el jamón, y ya no estaba en el restaurante en el que trabajaba como directora”, explica, así que montó Ham-on para cortar el jamón en eventos y sobre todo para contar a los consumidores, especialmente a los extranjeros, lo que es el jamón ibérico español.

Lara Jiménez deja muy claro que el asistente a sus talleres de cultura del jamón, que duran unas dos horas y que se imparten también en inglés y francés (idiomas que domina tras haber estudiado Empresariales en Londres y en París, además de en Madrid), no es el clásico turista, sino alumnos de escuelas de cocina, touroperadores, agencias de viaje, responsables de las secciones de viajes de grandes empresas, y el sector MICE (Meetings, Incentives, Congress and Events), entre otros. «Hay españoles, pero la mayoría son extranjeros», precisa. También enfatiza que en esos actos nunca se vende producto alguno a los usuarios.

Los talleres sobre cultura del Jamón son una experiencia gastronómica que se desarrolla de manera práctica. La elaboración o las diferencias entre cada tipo de jamón se explican de manera visual e interactiva. A través del juego y la participación de todo el grupo con juegos, puzzles, concursos, videos, “se consigue afianzar conocimientos y desterrar muchos falsos mitos que han acompañado al consumo del jamón durante mucho tiempo”, explica la directora de Ham-on.

Durante estos talleres, los asistentes hacen un reconocimiento externo de varias piezas de jamón y una cata (a ciegas en una primera fase, y luego otra libre) de varios tipos, en la que se aprende a distinguir y apreciar los distintos sabores y a reconocer la modalidad sin hacer caso de la vitola.

Lara Jiménez lleva al taller bellotas y pienso (la alimentación del cerdo), la corteza del árbol, un jamón ibérico, el jamonero, el hueso pelado, entre otros elementos. Lo que busca es fomentar el conocimiento y el consumo del jamón, especialmente el ibérico, “contar las cosas que no se conocen”. Al asistente se le entrega un diploma acreditativo y un pack de jamón ibérico puro de bellota, “que no es de ningún proveedor determinado”.

“Está la sorpresa de una mujer que corta, que cuenta, y que lo hace en tres idiomas”, subraya la directora de Ham-on. “Ver las caras de satisfacción de los asistentes, eso es lo que busco”, enfatiza.

Cortadoras y contadoras

Ham-on tiene otra peculiaridad, y es la discriminación positiva. Únicamente contrata a mujeres. Cortadoras, pero también contadoras. La idea “pretende sofisticar y feminizar el sector, sin duda predominantemente masculino”, explica Lara Jiménez. “Cortar jamón en un evento o hacer un taller es un servicio compatible con otros trabajos”, subraya.

Los talleres de cultura del jamón, en ocasiones contratados por grupos de amigos, son utilizados por las empresas como incentivos para sus comerciales y también como instrumento para fomentar el trabajo en equipo.

“Se pueden hacer en cualquier sitio”, destaca Lara Jiménez, que está enfrascada ahora en combinar las rutas enológicas con el jamón. Y en un proyecto de investigación sobre el jamón, del que esta cortadora y contadora no quiere dar detalle alguno hasta que no esté en marcha.