Tras un año en barbecho, y una legislatura – la pasada – marcada por el conflicto que originó en 2012 la reforma laboral, Rajoy, jefe del Ejecutivo, ha tendido la mano a sindicatos y empresarios. Y les ha planteado tres retos. Mejorar la calidad del empleo sin perjudicar al crecimiento. Rebajar el paro en cuatro años por debajo del 10% –hoy en el 18,9%-. Y llevar a buen puerto una nueva reforma de pensiones que evite la quiebra del sistema.

Rajoy ha expuesto sus planes esta mañana a lo largo de tres horas a los líderes de CEOE, Juan Rosell, Cepyme, Antonio Garamendi, CCOO, Ignacio F. Toxo, y UGT, Pepe Álvarez; flanqueado por la ministra del ramo, Fátima Báñez.

Sin embargo, la oferta de Rajoy ha sido acogida con frialdad por los sindicatos. Para Toxo y Álvarez, apenas hay posibilidad de que el empleo gane calidad sin retirar la reforma laboral. Con todo, los agentes sociales confían en que la minoría parlamentaria del Gobierno fuerce un nuevo tiempo política.

Para Rosell, por su parte, la debilidad del Gobierno, lejos de ser un impedimento, puede convertirse en un acicate que estimule la firma de grandes pactos de Estado en materias trascendentales, como pensiones.

Líneas rojas de Rajoy

Tras la reunión Báñez ha reiterado las líneas rojas de Rajoy. Cumplir con el déficit comprometido con Bruselas. Y no modificar las reformas que sí han funcionado.

El Gobierno engloba la reforma laboral dentro de esas reformas que sí han funcionado. Aun así, cinco años después de su aprobación, Báñez se ha mostrado abierta a algunos cambios del ordenamiento laboral. “Parece lógico que las reformas que están funcionando no se cambien. Eso no quiere decir que podamos aprender de los últimos cinco años. Y mejoremos algunos aspectos de las reformas que están en marcha”, ha dicho la ministra.

En este campo la ministra de Empleo ha puesto la pelota en el tejado de empresarios y sindicatos. Báñez ha dicho que en el orden laboral los cambios podrían venir en el campo de la negociación colectiva, un ámbito en el que el Gobierno no participa. En concreto, la ministra ha confiado en que empresarios y sindicatos resuelvan sus “discrepancias” en este sentido, a fin de poder pactar medidas en relación con los salarios y la calidad en el empleo, según ha dicho.

Campos abiertos al diálogo

A continuación Bañez ha enumerado los ámbitos en los que el Ejecutivo sí está dispuesto a introducir “mejoras”, como son la calidad y estabilidad del empleo, formación, conciliación familiar y horarios, y aunque este sea un ámbito bipartito, salarios y condiciones de trabajo.

Además, el Ejecutivo ha instado a los agentes sociales a participar en la reforma del sistema público de pensiones, el otro gran campo donde habrá modificaciones en los próximos meses.

Además, el Ejecutivo se ha mostrado dispuesto a pactar una subida del salario mínimo interprofesional (SMI). Si bien ha evitado dar más detalles sobre este punto, la ministra ha aclarado que el Gobierno se avendría a dejar fijadas las subidas del salario mínimo, no solo para un año, sino más allá.

En este sentido hay que recordar que el Congreso de los Diputados ha aprobado una subida del salario mínimo que el Ejecutivo no podrá vetar, debido a que esta subida no arriesga la estabilidad presupuestaria del año próximo, sino que se aplicaría en 2018.