Un equipo de Price Waterhouse ‘desembarca’ en Bancaja desplazado por Caja Madrid

02/11/2010

Salvador Arancibia. La ‘fusión fría’ protagonizada por Caja Madrid y Bancaja, junto con otras cajas de ahorros de menor tamaño, empieza a acelerar su andadura para conseguir que el primero de enero sea una realidad. Un equipo de consultores de Price Waterhouse se ha desplazado a Valencia para seguir el proceso por encargo de Caja Madrid.

Los máximos responsables de los dos bancos nacionales han coincidido la semana pasada en pedir que el proceso de transformación y reestructuración de las cajas de ahorros se acelere porque, en su opinión, va demasiado lento y ello puede repercutir negativamente en el conjunto del sistema financiero español.

Pero la preocupación por esa lentitud, plasmada en que aún no ha empezado de forma seria y concreta la prevista reducción de capacidad instalada, es decir cierre de oficinas y reducción de plantillas, no la tienen solo los grandes bancos privados españoles. En las propias cajas es algo que saben que tienen que poner en marcha con carácter urgente porque para eso se han aprobado las ayudas del FROB a las fusiones tradicionales y a aquellas otras a las que se han acogido la mayor parte de las cajas de ahorros.

En el caso de Caja Madrid con Bancaja, Caja Laietana, Caja Ávila, Caja Segovia, Caja Rioja y la Insular de Canarias, la constitución del SIP esta aprobada por los órganos de las seis entidades y presentado un plan de reflotamiento aceptado por el Banco de España que da lugar a disponer de 4.465 millones de euros de fondos procedentes del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria para acometer el proceso de racionalización de su red de oficinas y exceso de plantilla. Las ayudas son a cinco años, en forma de cuotas participativas convertibles en acciones, que deben devolverse en un plazo de cinco años y con un tipo de interés de 7,75%.

Aunque las asambleas de las cajas de ahorros han dado su visto bueno a la creación del SIP falta aún la autorización de la Junta de Castilla y León para que las dos cajas de esa región se integren en él.

En todo caso el proceso continúa y se quiere que el primero de enero próximo sea una realidad. Aún en el supuesto improbable de que el gobierno de Castilla y León se opusiera ala integración de Caja Ávila y Caja Segovia, el resto de entidades seguiría su camino.

Las dos cajas importantes son Caja Madrid y la valenciana Bancaja. Son en ellas donde los esfuerzos de racionalización van a ser mayores y donde se van a utilizar con mayor profusión los fondos facilitados por el FROB. De un total de 26.000 trabajadores existentes, se ha calculado que en el plazo de tres años deben abandonar las cajas 3.800. De estos, unos 1.600 corresponden a Caja Madrid y una cifra también significativa procederá de Bancaja.

Para controlar el correcto proceso de selección y toma de decisiones en la entidad levantina se ha desplazado en estos días hasta Valencia un numeroso equipo de consultores de Price Waterhouse que está previsto permanezcan en la sede de la caja de ahorros hasta finales de año cuando culmine la concreción del plan de reestructuración presentado a las autoridades de supervisión.

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