Javier Vallés, director de la Oficina Económica del Gobierno, se ha decantado por una variación positiva del PIB en el tercer trimestre alineándose con quienes consideran que, a pesar de la reducción del consumo privado que tuvo lugar en los meses de verano, éste fue compensado por el aumento de las exportaciones y el crecimiento del turismo.

Vallés explicó que la entrada en vigor de la subida del IVA en julio pasado, y el final de las ayudas a la compra de automóviles que también se produjo en el inicio del trimestre, lastraron la evolución del consumo privado haciendo que fuera menor que en el trimestre anterior.

Pero dos factores han venido a compensar esta caída del consumo: por un lado el mantenimiento de un fuerte crecimiento de las exportaciones, en torno al 14% de aumento en el periodo, y la mayor entrada de turistas en los meses del verano. Un total de 900.000 personas más veranearon en España en el trimestre en comparación con hace un año.

Vallés no quiso cuantificar cuánto ha crecido el PIB entre julio y septiembre, aunque afirmó que éste no había sido cero pero que era inferior al del trimestre anterior, cuando aumentó dos décimas. Por tanto, solo queda una décima como cifra posible.

Se trata, no obstante, más de una cifra simbólica que otra cosa. Y no solo porque es pequeña en si misma sino incluso porque la realidad es que es menor aún. En Moncloa estiman que el crecimiento real  apenas ha sido de 0,051% o poco más, pero como las cifras oficiales se expresan en décimas y no en centésimas, al superarse las cincuenta se redondean al alza y queda finalmente una décima. Posteriores revisiones, con datos más ajustados, pueden hacer que se modifique la primera estimación que el INE hará pública en unas semanas.

Respecto al año próximo Javier Vallés mantuvo las previsiones del Gobierno de que el PIB crecerá el 1,3%, señalando que los analistas no oficiales van modificando las suyas propias acercándolas a las del Ejecutivo, y señaló que el consumo privado será el principal componente del crecimiento, al disminuir la parte de la renta disponible destinada al ahorro, ayudado por el sector exterior –que en todo caso moderará su aportación positiva- y con un sector de la construcción cuya inversión dejará de caer para estabilizarse.

Vallés afirmó que el elevado tipo de cambio del euro respecto al dólar, en la actualidad está en torno a 1,38 dólares por euro cuando la previsión oficial es que se coloque en 1,27, no tiene porque influir significativamente en el crecimiento de las exportaciones. “Una variación entre 1,2 y 1,4 dólares por euro y no es relevante”, afirmó.