Hemos vivido una nueva sesión de trámite en Wall Street, donde todos parecen esperar a que termine el año antes de hacer nada. Por tanto, pocas fuerzas y lo más curioso es que no las hay ni para subir ni para bajar.

Por mucho que pueda parecer que la caída de ayer puede ser el primer aviso de un recorte mayor, en cuanto las cosas han parecido torcerse en la jornada de hoy ha aparecido algo de decisión para llevar a los índices a la zona de confort, en el entorno de los cierres de ayer.

Parecen dispuestos a esperar en esa zona al nuevo ejercicio y que hasta el martes no vamos a tener una idea realmente clara de si tenemos o no que preocuparnos. De momento, no hay nada que nos haga saltar las alarmas.

No obstante, por si les sirve de algo, el sistema automático que tengo en pruebas me echó ayer del mercado. Saltó el stop en mi operativa de corto plazo sobre el S&P 500, afortunadamente en ganancias. A veces los sistemas automátivos son más eficientes que el ojo humano, no vayan a creer que no…

Pero volvamos a la sesión. Una vez que ha quedado claro que el Dow Jones no va a superar los 20.000 puntos en este año, el resto casi ni importa porque el mercado se ha dedicado a sestear.

Vayan con ojo porque hasta el momentos alcistas los parones son peligrosos porque entra en funcionamiento la Ley de la Gravedad y terminan por producirse bajonazos más o menos intensos.

Al cierre, el Dow Jones perdió un 0,07%, el S&P 500 un 0,03%, el Nasdaq 100 un 0,16%, el Nasdaq Composite un 0,12%, en tanto que el Nyse Composite avanzó un 0,14% y el Russell 2000 un 0,17%.