Lo de cobrar a 90 o incluso 120 días, es una práctica conocida entre los autónomos y las pymes. Los plazos de pago en España parecen un chicle, se van estirando: suelen estar en torno a 61 días, mientras que la media europea es de un mes. Tenemos los plazos de pago más amplios de nuestro entorno, eso sí, aunque sean los más largos el porcentaje de impago está por debajo de la media europea, según pone de manifiesto el 9º Barómetro de prácticas de Pago realizado por Crédito y Caución (www.creditoycaucion.es). El porcentaje de operaciones no cobradas, si hablamos de mercados domésticos, es del 8% de media en Europa. En España esta tasa es del 5%. Si nos referimos al mercado exterior, los porcentajes son del 10% y del 1% respectivamente.

El informe, que analiza los comportamientos de pago en las nueve grandes economías de la Unión Europea, revela que, a pesar de que seis de cada nueve países paga sus facturas antes de la fecha media del vencimiento, entre el 20% y el 35% de las facturas sufre retrasos. ¿La principal razón de esta tardanza? Tres de cada cuatro empresas encuestadas cita la insuficiente disponibilidad de fondos como causa del retraso.

La crisis económica ha seguido afectando al comportamiento de los pagos y eso ha influido en que las empresas estén aumentando sus actividades de apremio, el uso del seguro de crédito y la gestión del riesgo de crédito.