Los ministros de Economía de la Unión Europea (UE) han tenido una larga y complicada reunión de trabajo este lunes, donde la intervención del FMI también era fundamental y, finalmente, no se echó en falta a su director general y bastó con la presencia de un representante de la institución para dar el visto bueno al rescate de Portugal, a cambio de un ajuste severo en todos los ámbitos de su economía, una petición de medidas que se ha hecho extensiva también a Grecia antes de plantearse conceder un nuevo rescate.
De esta forma, Portugal contará con 78.000 millones de euros, de los que 52.000 millones serán aportados por la UE y los 16.000 millones restantes por el FMI. Con esta cantidad que será aportada a lo largo de los próximos tres años se espera “ayudar” al país a que haga frente a la crisis de su deuda y pueda “salvaguardar la estabilidad en la eurozona y en la UE en su conjunto«. El FMI ha fijado un interés de entre el 4,25 y el 5,25%, mientras que en Bruselas, el comisario para Asuntos Económicos, Olli Rehn, ha confirmado que el tipo de interés que se le aplicará será superior al 5,25%, y que el primer tramo de la ayuda llegará este mismo mes o a principios de junio para que Portugal pueda realizar sus pagos más urgentes.
España participará en el rescate de Portugal con 3.247 millones de euros, el 12,49% del tramo que deben garantizar los Estados miembro, según ha confirmado el Ministerio de Economía, con lo que la cantidad es inferior a la prevista por la propia Elena Salgado la pasada semana, en que habló de una cantidad próxima a los 50.00 millones.
Ajuste severo
Al margen de los tipos de interés con que deberá devolver el dinero prestado, el Gobierno portugués, con independencia del partido que gobierne tras las elecciones generales previstas para el próximo 5 de junio, se ha comprometido para ser rescatado realizar un “severo” plan de ajuste con el único objetivo de reducir el déficit público al 3% en 2013. Dicho plan “tocará” todos los ámbitos sociales: se congelará los sueldos de los funcionarios hasta 2013, se reducirán las pensiones más altas y las prestaciones por desempleo; y también como había pedido inicialmente Bruselas, introducirá recortes en los gastos de sanidad y educación. Pero además, reducirá el número de ayuntamientos, paralizará las grandes obras públicas y privatizará empresas como las energéticas EDP y REN o la aerolínea TAP.
Todas estas medidas provocarán irremisiblemente una contracción de la economía portuguesa, que según los cálculos de la propia Comisión Europea rebajará el PIB en un 2,2% en 2011 y un 1,8% en 2012. La paralización de la actividad económica vendrá acompañada de más paro (Bruselas estima que se alcanzará la tasa del 13%), y pese a todos los esfuerzos la deuda pública lusa superará el 107%, muy lejos del 60% exigido para todos los países miembro.
De los 78.000 millones que recibirá Portugal, 12.000 millones de euros se destinarán a recapitalizar su sector bancario, ya que tanto la UE como el FMI exigen a los bancos lusos un nivel de capital básico del 9% a finales de este año y del 10% en 2012.
Segundo rescate a Grecia, con condiciones
Tras aprobar el rescate de Portugal, los ministros de Economía de la UE también han determinado que Grecia debe realizar más medidas de ajuste antes de aprobar un segundo rescate que ayude a los griegos a poder pagar su crisis de deuda, agravada en los últimos meses.
«Grecia tiene un gran potencial de privatizaciones y los griegos deben ayudarse a sí mismos antes de pedir más dinero», concretó la ministra austriaca de Finanzas, Maria Fekter, quien se ha mostrado partidaria de ampliar los plazos de vencimiento de las ayudas concedidas a Grecia sólo si el Gobierno heleno profundiza su plan de reformas. «No podemos pagar más tramos (de la ayuda) si las reformas estructurales no están visiblemente en la buena vía», concluyó la ministra.
Fekter no fue la única en exigir nuevos esfuerzos a Grecia. También el ministro belga de Finanzas, Didier Reynders, pidió «un compromiso muy claro» del Gobierno griego de adoptar «nuevas medidas». «Sobre esa base, creo que tanto la UE como el FMI pueden trabajar juntos para reforzar las soluciones pero lo primero es estar seguros de que el Gobierno griego presente un programa complementario».
Reynders recalcó que «si el Gobierno griego se compromete claramente a un nuevo programa, debería ser posible revisar la situación del plan griego», ha insistido el ministro, quien no está de acuerdo con reestructurar la deuda por entender que «sería bastante catastrófico para toda la eurozona«. También el ministro holandés, Jan Kees de Jager, ha dicho que Grecia no va en la buena dirección en este momento y ha reclamado al Gobierno de Atenas medidas adicionales de ajuste.
Por su parte, la vicepresidenta económica, Elena Salgado, explicó que España es partidaria «de que se cumplan los compromisos por las dos partes, los compromisos europeos de facilitar ayuda a Grecia en las mejores condiciones posibles y los compromisos de Grecia de cumplir su programa». La vicepresidenta española también descartó una posible restructuración de la deuda helena porque “no es la solución”, aunque aclaró que este tema no se encuentra “en la mesa de negociación”.
Bancos y aseguradoras
Los ministros de Economía comunitarios han estudiado la forma de buscar el dinero que necesita Grecia, y la opinión generalizada es que se pida a los bancos y a las aseguradoras comunitarios que participen en este segundo plan de rescate de Grecia para evitar que sean los países de la eurozona los que tengan que asumir toda la carga de la nueva ayuda.
Pese a la negativa de Grecia de considerar necesario un segundo rescate, los países de la eurozona ven inevitable este segundo plan de rescate, que podría ascender a 60.000 millones, ya que dan por sentado que el país heleno no va a conseguir la financiación en los mercados el año que viene por el agravamiento de su deuda. Es por este motivo, por lo que consideran que la salida más airosa sería que las entidades financieras comunitarias, incluyendo las griegas, prorroguen el plazo de devolución de los préstamos concedidos a Atenas y compren los bonos griegos emitidos durante el periodo que dure el segundo rescate.
El modelo a seguir sería el de la denominada Iniciativa de Viena, el programa de apoyo para los bancos en crisis de los países del centro y el este de Europa aprobado en 2008. El plan incluía un gran paquete de ayudas de la UE y el Banco Mundial. A cambio, los bancos europeos se comprometieron a mantener su exposición a los países del este, recapitalizar sus filiales y prorrogar los plazos de pago si fuera necesario.
Asimismo, la UE estudia solicitar a Atenas que avale el segundo plan de rescate poniendo como garantía bienes públicos o los ingresos que vaya a lograr con las privatizaciones. Los primeros detalles del plan se harán públicos durante las primeras semanas de junio para acallar las especulaciones sobre una posible reestructuración de la deuda y el programa podría aprobarse en septiembre u octubre, según las fuentes consultadas.
Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.