Brafa, el arte mundial concilia

23/01/2017

Carmen Duerto.

La feria de arte, Brafa, se puede visitar hasta el día 29 de enero en Bruselas. No es una feria de arte al uso. Olvídense de ARCO o de Art Basel porque Brafa es como un museo que abarca 4000 años de historia del arte con la particularidad de que todo lo que se encuentra en ella, se vende. Y todo lo que se considera arte, sobre el soporte que sea; lienzo, coche, diamante o cerámica, encuentra su sitio en esta Feria, que este año celebra su 62 edición. Aquí, el arte de los cinco continentes, concilia.

Bélgica conocida tradicionalmente por sus tapices, por ser la cuna de Brueghel, Rubens, Magritte o Van Eyck, es también la ciudad que desde hace 62 años reúne en un edificio industrial una especie de Amazon del arte. Brafa es como museo vivo y exquisito donde todo lo expuesto se puede adquirir, acompañado de una copa de champagne.

Los 15.400 metros cuadrados de Tour & Taxis, el edificio industrial construido a mediados del siglo XX en el corazón de la capital de Europa paralelo al Canal que atraviesa la ciudad, se convierten durante diez días en un lugar de peregrinaje para casi 60.000 personas y representantes de museos, interesados por cualquiera de las manifestaciones artísticas que aquí se pueden encontrar. Arte pre-colombino, tribal, asiático, joyas vintage de marcas icónicas como Cartier o Boucheron, escultura, muebles art nouveau o escandinavos, grabados, pintura moderna, antigua y contemporánea, porcelana, tapices, libros, sellos, cristal y hasta cómics originales del creador de Tintín. Todo en una atmósfera elegante y chic, jalonada por cuatro inmensas esculturas del artista cinético Julio Le Broq, que dentro de unas semanas estará en ARCO. 

En este recorrido por el arte, que el hombre ha creado desde hace 4000 años, por poder se puede encontrar el capricho de una princesa italiana, que se encargó un inmenso broche 

de oro y piedras preciosas del que se cansó o la pieza de joyería más especial y cara de la feria, un «chaine de corsage» creado por el joyero Fouquet con un diseño de Alphonse Mucha, dos grandes del art nouveau. Normal que cueste 625.000 euros. 

De los 132 expositores de quince países que toman parte en Brafa, España está representada por la galería catalana, J.Bagot, especializada en piezas de arqueología. El primer día, abierto para coleccionistas y al que pudo tener acceso La Razón, hicieron una interesante caja, medio millón de euros por dos piezas de museo, una pequeña figura egipcia y un busto romano. 

Lo interesante de Brafa es su dimensión humana, la ausencia de megafonía, el recorrido tan amplio que uno puede hacer por el mundo del arte y los contrastes que te encuentras. Por el mismo pasillo puedes encontrar una cerámica de Picasso, un cuadro de Braque, una calavera hecha con caparazones de cucarachas por obra y gracia del artista Jan Fabre, una escultura de Nikki de Sant Paule, un juego de café art decó, unas máscaras de teatro japonés, muebles daneses, pintura flamenca o arte religioso, del que España aporta interesantes muestras como una virgen del murciano Salzillo, un retablo de iglesia de escuela catalana o un apóstol Santiago policromado que podría estar en cualquier lugar preferente de la Catedral Compostelana. Como piezas raras, se puede comprar una cabeza de Buda, una pequeña cabeza de un faraón de la época ptolemaica, el cuadro «Nocturne» de Magritte por 625.000 euros o un dibujo de Basquiat, en el que se debate entre Tesla o Edisón por casi 300.000 euros.

En la 62 edición de Brafa han querido rendir homenaje al artista cinético Julio Le Broq, al que dentro de un mes tendremos bien representado en ARCO «mi arte es dinámico e interactivo. Para disfrutar de mi obra no tienes que tener un gran conocimiento del arte. Llámalo democrático porque es la búsqueda del contacto directo, es una suma de experiencias que producen una transformación en la gente. Me siento ganador si el público entra en una exposición mía y sale con un grado más o entra con problemas y sale habiéndose olvidado de ellos. Ahora quiero hacer un gran laberinto, siempre quiero tener cosas pendientes y en ARCO quiero meter una escultura enorme, espero que me dejen»

La familia real belga suele implicarse en Brafa, no sólo con su presencia, la princesa Astrid fue la encargada de acudir el primer día a la cena de gala para los coleccionistas y aprovechó para visitar el espacio de la Fundación Rey Balduino, con una colección de criselefantinas realmente espectacular. También la reina Matilde es una habitual de la feria y además clienta. Este año la Fundación Rey Balduino, que celebra su 30 aniversario, es la encargada de organizar charlas sobre arte, como actividad paralela a la exposición. 

¿Te ha parecido interesante?

(+1 puntos, 1 votos)

Cargando...

Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.