En los próximos diez años, el sistema sanitario en España necesitará un incremento del gasto con respeto a 2015 de entre 32.000 y 48.000 millones de euros, lo que representa, en el peor de los escenarios, prácticamente doblar el gasto sanitario actual. Esta es una de las principales conclusiones que expone el informe Funding the gap. El futuro del sistema sanitario: ¿Será posible financiar el sistema y reducir las desigualdades en salud?, elaborado por ESADE y Antares Consulting. Según el informe, presentado hoy en una nueva edición de la serie de debate social de ESADE “Big Challenges”, el gasto sanitario público en 2025 podría situarse entre los 97.000 y los 113.000 millones anuales, teniendo en cuenta que en 2015 habrá sido previsiblemente de 64.833 millones de euros.

El coste de no actuar

Según el análisis, la diferencia entre los 32.000 y los 48.000 millones de euros de incremento es el resultado de una estimación gestionada del gasto sanitario público. Los 16.000 millones de euros de diferencia entre ambas cifras son el coste de no actuar, es decir, las necesidades de financiación del gasto público sanitario como consecuencia de no haber tomado suficientes medidas para gestionar el crecimiento del gasto sanitario de aquí al año 2025.

La sostenibilidad del sistema sanitario

El informe de ESADE indica que el gasto en salud crece a medida que los países se desarrollan, pero lo hace a un ritmo mayor que el crecimiento del PIB, por término medio, dos puntos por encima. Este hecho suscita el debate sobre la sostenibilidad del modelo sanitario, pero según Manel Peiró, director del Institute for Healthcare Management de ESADE y coautor del informe este debate, pese a ser importante y necesario, a veces se realiza obviando los beneficios que el sistema sanitario aporta.

Según Joan Barrubés, socio director de Antares Consulting y coautor del informe, el debate acerca de la sostenibilidad del sistema sanitario requiere una visión más global que tiene que abarcar cuatro aspectos: una reflexión colectiva sobre las prioridades del gasto público y el PIB que la sociedad está dispuesta a dedicar a la salud, una política fiscal eficaz para poder recaudar los recursos necesarios para financiar el conjunto del gasto público y, en particular, el gasto sanitario, un debate más profundo sobre la cobertura del sistema y, finalmente, mejorar la gestión del coste de los procesos de asistencia sanitaria”.

Reducción del gasto sanitario durante la crisis

El informe muestra que, a raíz de la crisis, la reducción del gasto sanitario en España ha sido significativa: en 2014 se situó en los niveles de 2007. Los autores del documento señalan también la necesidad de analizar cómo se ha reducido este gasto y a qué se atribuye una disminución tan importante. Los capítulos que más se han reducido son los salarios de los profesionales (el gasto salarial se ha reducido más del 10% desde 2009), las inversiones (el 28% de los equipos tecnológicos de los hospitales españoles tienen más de diez años) y los precios de los fármacos (los gastos en las farmacias se ha reducido un 22%).

Desigualdad sanitaria

El informe revela que la crisis económica ha agravado profundamente el riesgo de desigualdad en la salud por su impacto en los sistemas de salud como consecuencia de la reducción del gasto público, por el impacto sobre el estado de salud de la población y por el impacto que la crisis ha tenido en las desigualdades sociales en la salud. Entre 2009 y 2012, el número de personas en riesgo de pobreza o de exclusión social aumentó en 9 millones en la Unión Europea. Las situaciones de pobreza generan condiciones de peor educación, alimentación, conocimiento y acceso al sistema, y disminuyen la capacidad de seguir los consejos de los profesionales sanitarios.