Existen muchas zonas del mundo donde la educación infantil no se considera un derecho de los niños y niñas, ya que estos son discriminados y excluidos por razones de pobreza, género, discapacidad, lejanía geográfica, lenguaje o barreras culturales. Para ello, existen numerosas ONG por la infancia que intentan concienciar al mundo para ayudar a los más pequeños a crecer en un ambiente mejor, cambiando actitudes, normas y comportamientos que niegan los derechos infantiles. 

Esta situación es muy complicada por diversas causas como, por ejemplo, el matrimonio infantil, una grave violación de los derechos de las niñas que impide la libertad física y la capacidad de decidir de una persona. Según datos de la ONG Plan International España, cada dos segundos una niña es forzada a casarse, por lo que el 14% de las niñas en países en vías de desarrollo se casarán antes de cumplir los 15 años, y una de cada tres se habrá casado antes de cumplir los 18. Para lograr cambiar esta realidad, las diferentes ONGs llevan a cabo proyectos para que los más pequeños tengan acceso a una educación de calidad que retrase el matrimonio infantil, algo que genera violencia, abusos y relaciones sexuales forzadas, exponiendo a las niñas a infecciones de transmisión sexual, entre otros graves riesgos para su salud. 

La educación es una de las mejores herramientas con las que cuenta la sociedad actualmente, de tal manera que se debe luchar por potenciarla y que ésta respete las capacidades y permita el desarrollo socio-económico y cultural de las personas. Sin embargo, ésta no es una idea muy extendida en toda la geografía mundial, puesto que en 2014, 65 millones de niñas no iban a la escuela, según las cifras de Plan International, cuyo objetivo y el de otras ONGs, es lograr un acceso libre e igualitario a una educación de calidad, puesto que cada año de educación de una madre reduce la posibilidad de mortalidad infantil de sus hijos entre un 5 y un 10%.

Las diferentes asociaciones creadas en nuestro país crean entornos de aprendizaje apropiado, brindando diferentes materiales de enseñanza a los necesitados. Además, se encargan de la formación de profesores y educadores que día a día intentan cambiar la realidad actual, en favor de un mejor futuro para los pequeños. 

Otro de los problemas que sufren muchos jóvenes es la violencia, que se hace notar en el acoso escolar, la explotación infantil o la violencia familiar o sexual. Estas acciones, que cada día afectan a millones de niños y niñas, tienen como resultado daños reales o potenciales a la salud, al desarrollo y a la dignidad de aquellos que lo sufren. Las estadísticas afirman que entre 500 millones y 1.500 millones de niños y niñas son víctimas de la violencia cada año, muchos de ellos dentro de las escuelas. Para que se logre una bajada considerable de estas cifras, todas las personas deben poner de su parte, al igual que las ONGs para que la situación pueda cambiar. De hecho, cada año se consigue que muchos niños y niñas vuelvan al colegio y terminen sus estudios para tener un futuro mejor, dando lugar al emprendimiento económico de aquellos que no lo esperaban.