Es una propuesta respetuosa con el entorno histórico de la plaza, que mejora, recupera y dignifica la identidad de la misma. (Mantiene en su posición y forma los monumentos existentes, como el de Cervantes, las fuentes existentes desde el acceso por Gran Vía y en el acceso a Sabatini, y el del 2 de mayo en las proximidades del Templo de Debod)
El proyecto propone la unión mediante un gran paseo urbano, tanto para peatones como bicicletas (con vías independientes) de la plaza de Oriente y el Palacio Real con los Jardines de Sabatini y el Templo de Debod, y con conexión directa a Madrid Río y el centro de la ciudad.
Mantiene el carácter de plaza cívica a la vez que integra en la misma todos los parques contiguos.
Propone un nuevo concepto de espacio público basado en:
Crear un ambiente seguro, tanto de día como de noche, es por lo que la plaza es diáfana, sin ningún tipo de obstáculo visual (evitando montículos o circulaciones a diferentes niveles, toda la plaza es un plano continuo, y evitando también zonas con vegetación muy frondosa que dificulte la visión), generando sensación de amplitud y seguridad.
Una plaza accesible, se ha eliminado las barreras arquitectónicas y urbanas del entorno, creando un plano continuo de pendientes suaves, sin bordillos, ni desniveles.
Aumentar el espacio del peatón reduciendo drásticamente el espacio para la circulación rodada, y con recorridos peatonales claros y muy amplios, que eviten zonas confusas.
Integrando carriles bicis, independientes a las vías del peatón.
Una propuesta respetuosa con el medio ambiente que crea una plaza más verde (con grandes praderas), con más sombra (incrementando el número de árboles, pero sin generar una masa boscosa excesiva que pueda generar inseguridad) y más sostenible (reduciendo el consumo de agua y los gastos de mantenimiento).
Una plaza donde desarrollar todo tipo de actividades para que todos los madrileños puedan disfrutar en ella, con zonas de juego para niños, zonas deportivas (fitness, baloncesto, skate, etc), zonas de ejercitación para mayores, zonas de petanca, fuentes para mojarse en verano, muchas zonas donde sentarse con bancos con respaldo y fuentes para beber, zonas para actuaciones callejeras, espacios polivalentes para todo tipo de eventos, etc.
Se reordena el tráfico rodado mediante la prolongación del túnel de Bailén hasta Ferraz, la reducción de carriles en superficie, limitando la circulación rodada en la plaza a los extremos este (eje Princesa) y sur (eje Cuesta de San Vicente), y peatonalizando el resto de la plaza y la calle Bailén (permitiendo sólo el acceso a los residentes).
Todo ello con un presupuesto muy equilibrado.
En definitiva, Un paseo por la cornisa propone una plaza segura, accesible, diáfana, sostenible, con diversidad de actividades, y económicamente viable con el único propósito: crear una plaza para todos los madrileños y atractiva para los turistas.
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